4/3/14

¡Volvieron los Combos! ¡Y con nueva ley!



Los premios nacionales en literatura “Aquileos” para 2013, fueron más que generosos. De las tres categorías: novela, cuento y poesía, se premiaron cinco obras. La tendencia a otorgar premios compartidos, parece no tener freno en Costa Rica, o sobran los genios, o faltan más premios.

Como sea, hay que hacer algunas consideraciones importantes, esta vez, el jurado compuesto por tres miembros, no fue tal y solo fueron dos, por la visible ausencia del representante de la Asociación de Escritores. Además, y como afirma CulturaCR “Entre las contradicciones de este proceso resalta que, en literatura, los jurados fueron juramentados en diciembre de 2013, a final de año, un miércoles, pero el plazo para la recepción de obras vencía dos días después. CulturaCR supo que los jurados recibieron dos paquetes de obras, uno a finales de noviembre y otro a finales de diciembre, y con en ese tiempo tuvieron que decidir”. Esto es grave.

Sin entrar en detalle sobre el valor de las obras premiadas, como escritor, para mí sería lamentable, recibir un galardón en estas condiciones, con un jurado incompleto y con apenas un par de meses para conocer, deliberar y decidir sobre la producción literaria nacional del año en cuestión.

En el caso de poesía, se ha premiado la obra reunida de dos escritores, “La Canción de Oficio” de Osvaldo Sauma, y “Gramática del Sueño” de Diana Avila. Igual que el año anterior (en que se premió una antología personal de Luis Chaves) no se otorgó el premio a ninguna obra poética nueva. Es decir, que para los jurados en el 2012 y el 2013, no hubo publicaciones de obras nuevas en poesía lo suficientemente relevantes como para ser premiadas, y parece ser que este año los jurados han optado por este reparto salomónico que más parecen premios “honoríficos”. En cuanto a obras nuevas: “desierto”.

Parecido ocurre en novela, donde “Guirnaldas (Bajo Tierra)” del multipremiado Rodolfo Arias Formoso y “Crimen con sonrisa” debut literario de Mirta González Suárez, son equiparadas como mejores novelas del año, por lo menos sí son obra nueva.

La única obra que no fue “medio premio nacional” es “Tu nombre será borrado del mundo” de Guillermo Fernández en la categoría de cuento, algo que nos alegra, teniendo en cuenta que este año que pasó también habían importantes obras en dicho género como la destacable “Cuando se ama a una rana” de Eduardo Alfonso Castillo.

Todo esto coincide con la recién promulgada Ley de premios nacionales, la cual, desafortunadamente no cambia mucho las cosas en cuanto a los “Aquileos” en literatura, tanto que incluso, extiende transitoriamente por un año más las actuales disposiciones de los premios (O sea, que habrá jurado de dos miembros para el 2014, que podrán premiar en combo antologías, reediciones, obras completas y premios honoríficos disfrazados). Sería de esperar que en la redacción del reglamento a la nueva ley se delimiten de mejor manera los alcances y los límites de unos premios, donde se ha galardonado generosamente de todo y que año con año se devalúa en relevancia y rigor, o preparémonos para más de lo mismo.

Germán Hernández



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