Querido poeta, (lo digo en
sentido amplio, no importa si eres narrador, dramaturgo, poeta o ensayista)
dedico a vos estos consejos para que no te pase lo que a un amigo, que no vale
la pena mentar aquí, tal vez algo de provecho encuentres en ellos.
Esta vez quiero hablar de la
prensa, de los medios de comunicación. ¿Por qué les iba a interesar tu obra?
Espero que estés de acuerdo conmigo en que salvo tu círculo íntimo de amigos y
familiares y tal vez algún estudiante de filología buscando tema para su
trabajo de graduación, a nadie le interesa . Entonces, ¿por qué de
repente, un día te contacta un periodista de un medio de comunicación que nunca ha tenido el
menor interés por la cultura literaria, por qué querría entrevistarte?
Ha sucedido, recientemente, que medios
de comunicación pura mierda como Repretel, Teletica o la Teja del Grupo Nación, se interesen por una obra literaria,
pero ten en cuenta esto, no es por la calidad literaria, no es por la
relevancia del texto, no es para reconocer el valor de tu trabajo, es porque
seguramente hay en el texto algo que encaja bien como evento noticioso y como
pequeño escandalillo, como efímera primera plana o titular para nutrir el morbo
de una audiencia a la que tampoco le importa tu obra ni la literatura.
Me vienen a la memoria dos casos,
el de “Bajo la lluvia Dios no existe “de Warren Ulloa-Argüello, y “El fuego
cuando te quema” de Alí Viquez, obras tan disímiles en cuanto a calidad
literaria y temática, pero con algo en común, ambas fueron premios nacionales
de novela en su momento y que sacados de contexto algunos pasajes podrían
despertar recelos, lastimar sensibilidades, u ofender. Lo triste, fue la manera
en que fueron expuestos los autores, quienes, de buena fe, hablaron y se
expresaron sobre su trabajo ante los medios; luego, hábilmente editadas sus
intervenciones, y recurriendo a supuestas autoridades morales del clero que
nada saben de literatura, se cuestionó la moralidad y la corrección de dichas
obras. Pero eso sí, de su valor literario, absolutamente nada. Sencillamente
oportunidades para rellenar de morbosidad los 45 minutos de noticiero o las
columnas de un matutino que solo sirve para cambiar la jaula al perico.
Hubo dos resultados evidentes,
primero: la publicidad gratis, sus obras, por fin visibles, se han vendido
bastante bien, pero creo que no por las razones que originalmente esperaron sus
autores. El otro resultado, fue satisfacer la malsana morbosidad de un público
que ni siquiera lee ni aprecia la literatura.
Para que no te pase eso, cúrate
en salud, si publicaste un libro y sin razón aparente te llama un periodista
que quiere entrevistarte por tu libro, y extrae de él algo que fuera de su
contexto puede interpretarse como herético, pornográfico, tabú, como sea, sigue
los siguientes pasos:
1. Se amable, “con mucho gusto
señor/señorita” y luego: “cobro cinco mil dólares por entrevista”. Seguramente
te cuelga y ya no te molestará más y te habrás librado de ser su mequetrefe.
Jamás des una entrevista gratis si no estás perfectamente claro de la buena fe,
y de la calidad del medio que quiere entrevistarte. Nunca te dejes usar como
relleno. Pero si a pesar de tu evasiva el periodista insiste, porque el medio
de comunicación está dispuesto a pagarte lo que vales (algo que no ocurrirá
jamás) Entonces:
2. “Con mucho gusto
señor/señorita, envíeme sus preguntas por escrito, y le responderé, y solo
autorizaré la divulgación de mis comentarios hasta que vea el reportaje editado
antes de su publicación o emición, si estoy conforme lo avalaré,
de lo contrario no, y mi número de cuenta para que depositen mis honorarios son
estos…" Sin duda te colgará y te habrás librado de ese charlatán (de verdad
parece mentira que sean egresados de una casa de estudios superiores).
3. Nunca te prestes a quien nada
le importa tu trabajo literario, date a valer, (no es que en los casos que
expuse no se hayan dado a valer los autores, sencillamente fueron embaucados
por ser gente decente).
4. Pero si de todas maneras sabes
de qué va la entrevista, y que es una oportunidad de publicidad gratis, y que
tu obra se venderá como se venden botellas de cristalina e insípida agua, y no
te importa, pues adelante.
Te daré más concejos en una
próxima vez.
Germán Hernández.
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