Según el último estudio actuarial de la UCR, el régimen de
Invalidez Vejes y Muerte de la Caja Costarricense de Seguro Social se encuentra
grave y las expectativas de los asegurados de disfrutar algún día de una jubilación
digna en entredicho. El exsuperintedente de pensiones Edgar Robles en un
artículo publicado por el Semanario Universidad nos hace un guiño: ¡Yo se los
dije! (ver
nota de prensa). Y lo cierto es que no queda más remedio que meter mano y
aplicar medidas sí o sí.
Pues bien, la Junta Directiva de la CCSS, se ha tomado el
asunto muy enserio, y como primera medida, sin consultar a nadie, como si de
una junta militar se tratara, decidió aumentar en un 1% la cotización de más de
un millón y medio de asegurados, gravando así sus ingresos, no para mejorar sus
futuras pensiones, sino apenas para refrescar el fondo.
Lo curioso de todo esto es que el fondo de pensiones no se
financia únicamente por las cuotas de los trabajadores y trabajadoras, sino
también mediante las cuotas de los patronos que resultaron ganadores pues no
les aumentaron ni un cinco de cotización, el aporte del Estado que a veces paga
y a poquitos y, el 15% de las utilidades de las empresas públicas, las cuales
por cierto jamás han honrado su deuda que la ley les obliga como si de
repúblicas independientes se tratara.
¿Pero, por qué únicamente se aumentó la cuota a los
trabajadores? ¿A dónde fue a parar el principio de solidaridad, uno de los
pilares de nuestro modelo de seguridad social?
Hace unos días, el señor Albino Vargas Barrantes Secretario
General de la Asociación de Empleados Públicos manifestó lo injusto de las
medidas impuestas por la CCSS, y se preguntaba también por qué solo a los
trabajadores y trabajadoras se les castiga sus ingresos y a los patronos no.
Por su parte, el señor Enrique Eglof, presidente de la Unión
de Cámaras de Industrias, que es un sindicato de patronos, despotrica contra don
Albino (ver
nota de prensa) y lo acusa de:
“Del análisis del documento,
concluimos que su objetivo es que no pase nada, que siga la fiesta, que quiebre
Costa Rica, que se deteriore la CCSS, que muera el Régimen de Invalidez, Vejez
y Muerte y que se sigan beneficiando unos pocos.”
Lo que el sindicalista de patronos don Enrique Eglof nunca
ha dicho es: ¿cuál es el compromiso de los patronos para contribuir al Régimen
de Invalidez, Vejez y Muerte, ni cuanto están dispuestos a aumentar su
contribución?, cosa que no creo que estén dispuestos.
Así las cosas, duele ver que no hay reacción ciudadana, más
de un millón de hogares costarricenses verán disminuidos sus ingresos, mientras
los empresarios, y las empresas del Estado son alegremente eximidas de contribuir
con las medidas necesarias para salvar el fondo de pensiones.
Germán Hernández
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