Un adiós para John Lennon, es la ópera
prima de Mario Salas, quien además fue reconocida como Premio Nacional Aquileo
Echeverría en la rama de poesía 2015. Publicado por Arlequín en ese mismo año,
consta de cuarenta poemas.
Este premio nacional, como es usual, no
quedó exento de recelos y cuestionamientos. Eso sí, no cabe reproches del tipo:
“es un escritor debutante” muchos más lo han sido antes, o bien “es un
académico” pues en los últimos años ello es casi requisito, y no excepción,
solo en 2015 los Aquileos premiaron a un académico en cada categoría salvo en cuento,
y todos ellos de gran honestidad intelectual y autores de obras vigorosas y de
valor.
Mejor es meternos directamente en el
texto y obviar lo extra literario. Examinemos algunos poemas.
Arranca el poemario con “Verano con
montañas”, contemplativo y bucólico:
"Como
el dorso de un reptil prehistórico
las
montañas
reposan
serenas
en
el azul de enero
Las
veo por mi ventana
las
nubes
revientan
en sus crestas como olas
A
sus pies
la
iglesia de Moravia duerme
ebria
de verano"
De primera entrada se ve que es un texto
bien trabajado, omite toda puntuación y se apoya en los versos para sugerir las
pausas y dar ritmo y cadencia al poema. Las imágenes son una combinación de símiles
“como el dorso de un reptil prehistórico”, las nubes revientan como olas” y
prosopeyas “las montañas reposan serenas” “la iglesia de Moravia duerme ebria de
verano”. Nada inusual en la manera que regularmente se compone poesía. El uso
del símil es una de maneras más económicas y fáciles de componer imágenes
bonitas. El poema no es más que una mirada desde alguna ventana en el cantón de
Moravia intentando embellecer lo que mira de manera objetiva y limpia, pudo
hacer lo mismo con las aves, los peatones, los autos, los perros callejeros… y
hacer símiles bonitos con las innumerables cosas que se cruzan por una ventana,
pero solo dio para las montañas, las nubes y una iglesia. Un poema bonito de
verdad, nada más. Esta será la tónica de todo el poemario.
Continúa con el poema homónimo, “Un adiós
para John Lennon”, el carismático beatle, cuya obra musical y su iconoclasta
estilo es efectivamente inspirador para muchos hoy día (pese al lastre de Yoko
Ono). Leamos el poema por partes:
“John
Lennon
hermano
compañero
de los días en que descubría
el
sentido de las cosas
el
pelo largo
los
prohibidos territorios del mañana
los
fresales eternos donde Lucy
desde
el cielo
nos
mostraba sus diamantes psicodélicos
en
los días de las marchas contra ALCOA
cuando
me hiciste soñar con mundos
donde
no habría fronteras
ni
cielo arriba
ni
infierno abajo
solo
la piel
dulce
en el abrazo
en
una tierra para siempre compartida”
De nuevo la añoranza, el tono evocador,
la imagen del beatle parece andamio en la formación juvenil del poeta, luego
hace referencias a sus canciones, las más reconocibles y fuera de lugar son el
galimatías que hace entre “Lucy in the sky with diamonds” y “Strowberry fields
forever”, sendas apologías a las drogas de moda de la época, el LSD y la
heroína (sin importar las ingenuas explicaciones de Lennon desmintiéndolo) poco
que ver o tal vez todo que ver con la atmósfera contestaría de los sesentas y
setentas, “psicodélicos”, acertado y literal adjetivo. Pero tampoco se crea que
el recurso de hacer referencias a canciones es algo nuevo, más bien es un
recurso cansón y relamido en la poesía tica de hoy, por lo que evidentemente es
un poema a tono con lo que suele escribirse y publicarse.
“Comprendí
que
tu cólera y la mía eran la misma
al
ver lo distantes que estaban esos mundos
y a
las momias destilando su baba sobre auroras
aún
en gestación
me
enseñaste
a
llamar las cosas por su nombre
a
descorrer el velo que nos roba
la
conciencia del dolor
y
nos impide abolirlo”
Toda una revelación mesiánica este Lennon
en la vida del poeta, aunque el fraseo tenga un sabor a retórica apologética
que vale lo mismo para un Lennon un Numumba, un Ché Guevara o un Camilo Torres,
al menos estos otros más cercanos a nuestro tropical contexto.
“No
les gustó que gritaras
“Libertad
para Angela Davis”
“Poder
para el pueblo”
“Den
oportunidad a la paz”
cuando
los mercaderes de la guerra traficaban
su
mercancía perversa
Vos
príncipe
de los hippies
arcángel
rebelde
Cómo
me hubiera gustado abrazarte
llamarte
hermano
en
la incertidumbre
en
el dolor
en
la esperanza
cuando
la misma jauría que ladra mi pesadilla
pidió
tu cabeza”
Más referencias, más retórica de la época
y que no nos llame a equívocos, no fue la CIA la que mató a Lennon sino uno de
sus fans, bien frikie por cierto.
“¿Qué
nueva revelación nos preparabas
tras
las lunas de cristal de tus anteojos
cuando
una bala nos privó de tu voz?
ahora
que
ya las canas vetean mis sienes y una
huraña
desconfianza
asoma
a veces por mis ojos
recurro
a tus canciones
y
entonces vuelvo a ser un joven
rebelde
para siempre
con
la esperanza desenvainada
dispuesto
a no transar con el imperio del miedo”
Un adiós sin despedida, el poeta no pasó
de John Lennon, se quedó ahí, estático.
Ya tenemos algunas claves de la poesía de
Mario Salas, poemas bien compuestos, recursos retóricos usuales, con sabor a
añoranza. Un poeta que no arriesga, su eficacia consiste en armar imágenes
bonitas y comprensibles, en cuanto a los tópicos, la mujer es uno de ellos, eso
sí, mujer fetiche, veamos:
“Tu
pelo es una selva
misteriosa
con
parajes secretos por donde asoma
la
seducción su garra
….
pero
tu selva borró todo vestigio suyo
como
quizá algún día también destruya
toda
huella de mi paso”
(En “Tu
pelo es una selva”)
El problema de los poemas bonitos es que
se prestan a toda clase de interpretaciones ¿La selva de arriba o la de abajo?
Y si su selva borró todo vestigio suyo ¿Se quedó calva?
Siguen más poemas de mujer-fetiche,
“Anémona”
“Ante
el bosque de coral
Un
temblor
Cuando
estás junto a mi
encienden
sus fuegos los volcanes
las
galaxias palpitan de alegría”
(En “Navega
conmigo”)
“Te
oiría hasta que las horas se durmieran
mansamente
en tu regazo
niña
tonta
mujer
de otro”
(En “Si
vinieras”)
O el paradigmático poema “Guitarra”
“Bella
compañera es mi guitarra
armada
de seis cuerdas
que
son como seis dardos
apuntando
al corazón de la tristeza
Cuando
nos encontramos
al
pie de la escalera
se acurruca
en mi regazo
Entonces
vibra entre mis brazos
como
una tibia amante”
Definitivamente, con un buen arreglo de
guitarra tendríamos un bonito bolero, que es lo que corresponde para un lugar
común tan gastado.
Hasta encontramos poemas guerrilleros, claramente
influenciados por la poesía comprometida de los ochenta, y posiblemente escrita
en esos años.
“¿Brillaba
este mismo sol
El
día
En
que cayó el guerrillero?
¿Eran
tan azules las montañas?”
(En Ometepe)
En general un poemario lleno de clisés, lugares
comunes, de poesía bonita. Pero pensándolo bien, eso es lo que el mundo
necesita, y lo que la poesía nacional necesita, sobre todo porque un año antes,
en el 2014, el premio nacional de poesía
recayó en una obra que era muchas cosas, experimental, virtuosa, atrevida, de
ruptura, me refiero al poemario de Esteban Ureña con “Minutos después del
accidente” el cual desató ciertas reacciones en medios universitarios como el
Semanario Universidad, “Afán
de ruptura” justifica Premio Nacional de Poesía”. Otorgar el premio al año
siguiente al poemario de Mario Salas supone entonces un retorno al equilibrio,
a lo normal, a lo que lo que la poesía debería ser siempre: un animalito
domado, dulce, tibio y peludo al cual acariciar sin temor a que te muerda; un
premio en manos de un académico, es decir, a un verdadero intelectual y hombre
culto y no a cualquier diletante y sus estridencias. Premiar poesía bonita
entonces es un esfuerzo enorme por hacer retornar las fuerzas de ying y el yang
en su eterno movimiento pendular hacia el equilibrio… a la salomónica solución
de seguir con el nadadito de perro.
Germán Hernández
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