Eliseo Alberto, Cuba (1951-2011),
creció y escribió bajo la sombra de su padre, el poeta Eliseo Diego, lo cual no
impidió que descollara como trotamundos, académico, ensayista, narrador y poeta
y fuera laureado con el l Premio Internacional Alfaguara de Novela de 1998 con
su novela Caracol Beach.
La eternidad por fin comienza un lunes (título que toma de un verso de su padre) fue publicada por primera vez en 1992, y más tarde reescrita y publicada en el 2001. A esta segunda versión es que nos referimos aquí.
Con buen humor, densamente narrada, generosa en imágenes cadenciosas y aglutinantes, es la historia de una tropa de artistas circenses que recorren una mítica y pintoresca Latinoamérica hasta encontrar el amor y la redención.
La trama de la novela resulta esquemática, (especialmente a partir de la segunda parte), deja una sensación de deja-vu; conforme transcurren sus páginas, vamos sintiendo que ya la hemos leído antes, y cómo no, si en realidad esta novela, pese a su descollante erudición y delicada prosa, no es más que un pastiche de todos los clises y lugares comunes que ya había producido el realismo mágico.
El lector o lectora prendido emocionalmente del realismo mágico, y que no espera nada más y nada menos de éste, seguramente encontrará en La eternidad por fin comienza un lunes, la summa y pináculo del género; muy al contrario, para nosotros, es la constatación de lo mal que envejece.
Los personajes y situaciones que elabora Eliseo Alberto, comienzan a tener el aspecto de estereotipos, predecibles, reconocibles y encantadoramente cómodos, una América latina para desentrañar turísticamente entre su apacible bucolismo, su intrincada espiritualidad y su anárquico encanto. Es una ficción que no retrata, que caricaturiza, que hace más soportable el sino de un continente desgarrado, que ofrece lo que se espera que sea y por eso mismo, quizá también sea más redituable editorialmente en el resto de occidente.
La eternidad por fin comienza un lunes (título que toma de un verso de su padre) fue publicada por primera vez en 1992, y más tarde reescrita y publicada en el 2001. A esta segunda versión es que nos referimos aquí.
Con buen humor, densamente narrada, generosa en imágenes cadenciosas y aglutinantes, es la historia de una tropa de artistas circenses que recorren una mítica y pintoresca Latinoamérica hasta encontrar el amor y la redención.
La trama de la novela resulta esquemática, (especialmente a partir de la segunda parte), deja una sensación de deja-vu; conforme transcurren sus páginas, vamos sintiendo que ya la hemos leído antes, y cómo no, si en realidad esta novela, pese a su descollante erudición y delicada prosa, no es más que un pastiche de todos los clises y lugares comunes que ya había producido el realismo mágico.
El lector o lectora prendido emocionalmente del realismo mágico, y que no espera nada más y nada menos de éste, seguramente encontrará en La eternidad por fin comienza un lunes, la summa y pináculo del género; muy al contrario, para nosotros, es la constatación de lo mal que envejece.
Los personajes y situaciones que elabora Eliseo Alberto, comienzan a tener el aspecto de estereotipos, predecibles, reconocibles y encantadoramente cómodos, una América latina para desentrañar turísticamente entre su apacible bucolismo, su intrincada espiritualidad y su anárquico encanto. Es una ficción que no retrata, que caricaturiza, que hace más soportable el sino de un continente desgarrado, que ofrece lo que se espera que sea y por eso mismo, quizá también sea más redituable editorialmente en el resto de occidente.
Germán Hernández
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ResponderEliminaruna crítica muy ineficáz esta.
ResponderEliminarGracias por pasar Erik, seas siempre bienvenido.
ResponderEliminarNo sé a que te refieres con ineficaz, pues precisamente el objeto de toda crítica o reseña es provocar, como en este caso.
Saludos!
En un principio, efectivamente me pareció que ya lo había leído y no podía librarme de la idea de que podría haber sido escrito por García Márquez y que toda la novela sucedía en Macondo. Sin embargo, luego de algunas página logré disfrutarla enormemente y considerarla como un libro digno de conocerse y reconocerse no solo por los amantes del realismo mágico sino por cualquiea que disfrute de un buen libro.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por la visita! Y desde luego que mi lectura tiene un sesgo: es mi lectura. Lo que no descalifica otras posibles lecturas. Saludos!
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