El 2014 fue un gran año para la poesía costarricense, nuevas voces y textos incursionan y en esta oportunidad, queremos destacar Dialéctica de las aspas, primer obra impresa del poeta Gustavo Arroyo, quien nos ofrece una pequeña muestra que esperamos sirva de acicate y motivación a los lectores y lectoras para que se enfrenten y dialoguen con este poemario.
CUESTIÓN DE VALÍA
No sé si has notado,
mamá,
que aquí nunca se ven
los aviones;
ni siquiera se
escuchan.
Se alejaron en bandada
desde antes que
decidiéramos
tragarnos el llanto.
Sus prudentes pilotos
no tomaron el riesgo
de volar sobre lo
nuestro.
Buscaron otros lugares
donde valiera la pena
desplomarse.
***
DENTICIÓN URBANA
Crecer no fue una
opción que pudiera elegir.
Simplemente ocurrió,
mientras el tiempo
jugaba a durar menos cada día.
Entonces primero no
hubo,
luego sí,
después cayeron varios,
brotaron otros,
y la encía a veces
gorda como un capullo,
a veces tenue y
olvidada,
era reflejo de la
inestabilidad policromática del crecimiento.
Los edificios crecen a
su manera.
De pronto hacia arriba
o a los lados,
pero esas son las
formas menos comunes.
Por lo general crecen
enmoheciendo,
despintándose,
fluctuando entre el
giro habitacional y el comercio,
en medio de una peste
de goteras
que son, sin duda,
parásitos
inmobiliarios de bajo perfil.
El niño disimula su
profundo dolor.
La inocencia ya no le
cabe en el cuerpo.
Un par de lágrimas
mojan la almohada
debajo de la que deja
uno de sus dientes
en un desesperado
intento por seguir siendo niño,
que de nada servirá.
En el fondo, él lo
sabe.
Cuando los edificios
crecen hasta el tope
llega el momento en
que dejan caer sus semillas
y son demolidos sin
remedio.
El suelo vuelve a
exhibir la desnudez
que las ropas de
concreto habían escondido,
según las normas de la
moral constructiva.
Algo resurgirá.
Los dientes están completos
de nuevo.
Volverse adulto
también es una forma de demolición.
La más cruel y
silenciosa.
***
DIALÉCTICA DE LAS
ASPAS
Tesis:
El ventilador me
enfría la nuca
y abate el pedazo de
cosmos
que existe entre mi
espalda y la pared,
mientras se esparcen
jubilosos
los virus que algún
día
derribarán mis
resistencias.
Antítesis:
Hace tanto calor
que no me importan los
contagios.
Síntesis:
Mi abuela siempre dijo
que de algo hay que
morir.
Gustavo Arroyo. San Ramón, Alajuela, 1977. Escritor,
abogado litigante, notario público y consultor jurídico. Licenciado en Derecho
por la Universidad de Costa Rica. Cofundador y actual coordinador del Conversatorio
Poético Ceniza Huetar, fundado en el año 2012, con sede en el Museo Regional de
San Ramón. Participó en el II Encuentro Nacional de Escritores Costarricenses
(Pérez Zeledón, 2012). Su interés radica, fundamentalmente, en la poesía
contemporánea, nacional e internacional. Dialéctica
de las aspas (EUNED, 2014) es su primer libro.
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