27/6/18

Mircea Cărtărescu

Mircea Cărtărescu



Comparto la obra en formato epub del escritor rumano Mircea Cărtărescu , espero que disfrutes su lectura, podés descargarte todos sus libros en los siguientes links



Sobre el autor el Proyecto Striptorium dice:

Autor imprescindible para unos y objeto de la ira implacable de otros.  Lo cierto es que su producción literaria no deja indiferentes a los lectores, a los críticos ni a los intelectuales de su país. Cărtărescu nació en Bucarest en 1956, estudió en la Facultad de Letras de la capital y se convirtió, desde bien temprano, en líder de opinión entre los jóvenes poetas que frecuentaban el Cenáculo del lunes, a cargo por aquel entonces del prestigioso profesor y crítico literario Nicolae Manolescu. Marcado profundamente por esa experiencia, nunca ha dejado de repetir  que los años de estudiante universitario constituyen su «estado espiritual» predilecto. Desde 1989, Mircea Cărtărescu es profesor de la misma Facultad de Letras de Bucarest, ha coordinado un selecto taller de escritura del que han salido algunos de los jóvenes autores más interesantes del momento y participa como profesor invitado en las más prestigiosas universidades europeas.

Su actividad literaria nace en el ámbito de la poesía y se ve bendecida por el éxito temprano: su primer libro de poemas, Faruri, vitrine, fotografii (Faros, escaparates, fotografías, 1980), obtiene el premio al mejor autor novel por parte de la Unión de Escritores de Rumania. Tras dos incursiones más en el mundo de la poesía, Cărtărescu publica su primer volumen de prosa titulado Visul (El sueño), en 1989, tan sólo dos meses antes del estallido de la revolución que acabó con la dictadura de Nicolae Ceausescu. El Ruletista abría la serie de historias interrelacionadas que lo componían. Sin embargo, este relato no superó el control de la censura comunista que lo consideró demasiado violento y el autor se vio obligado a renunciar a él y a aceptar la mutilación de parte de los otros relatos. Hubo que esperar hasta 1993 para ver publicado El sueño en su totalidad, esta vez bajo el título original de Nostalgia —un título que tampoco había sido del gusto de los censores comunistas y que, en realidad, estaba inspirado en la película del mismo nombre del director ruso Andrei Tarkovsky—. A éste le siguieron Travestí (1994), Orbitor (Cegador), Enciclopedia Zmeilor (La enciclopedia de los dragones, 2002), De ce iubim femeile (Por qué nos gustan las mujeres)...

En un entorno artístico sometido a la escrupulosa labor de los censores del Partido irrumpe la generación en la que se incluye al joven Cărtărescu:  un colectivo de jóvenes autores que aspiran a romper con el lenguaje literario de las generaciones precedentes. No dudan en buscar sus referentes inmediatos en la literatura norteamericana antes que en la europea y seguir la estela de Alien Ginsberg, John Ashbery o Frank O’Hara. Ese movimiento ha sido calificado como «textualismo», «ochentismo» o «lunedismo», pero es la etiqueta de Postmodernismo la que más éxito ha cosechado entre los críticos. Como el propio autor señala, la «Generación de los 80» fue el resultado del esfuerzo por acompasar la literatura rumana con la literatura del momento y por enlazarla, a su vez, con la gran generación de los vanguardistas rumanos anteriores a la II Guerra Mundial: Tristan Tzara, Urmuz o al padre del teatro del absurdo, Eugène Ionesco. A tenor de este planteamiento, más que de Postmodernismo habría que hablar de autores Neovanguardistas. Los autores de esa generación, con Cărtărescu a la cabeza, cultivan con frenesí el mismo narcisismo mimado por la vida urbana o el mismo espíritu lúdico, exaltado y pueril de sus predecesores vanguardistas.

‏ En la obra de Mircea Cărtărescu  late con fuerza, junto a esa vena postmoderna o neovanguardista, otra vena que la entronca en una tradición propia y original de la literatura rumana: el Onirismo que surgió con fuerza en Rumania a finales de los años 60, a pesar de que el régimen comunista persiguió con saña a los poetas y autores oníricos que mostraban la osadía de expresarse en un lenguaje literario que escapaba al control ideológico y que daba prueba —sin duda lo más grave— de una vigorosa libertad interior. Los escritores oníricos recurren al sueño de forma diferente a como lo habían hecho los surrealistas. Para ellos, el sueño no es un simple proveedor de imágenes sino todo un modelo compositivo. La obra narrativa de Cărtărescu bebe de ese mismo filón onírico y está profundamente marcada por la presencia de los sueños, del subconsciente. En palabras del propio autor, «el sueño no es una huida de la realidad, es una parte de la realidad trenzada de forma inseparable con todo lo demás.» Mircea Cărtărescu se sirve de la actividad oscura del subconsciente, provocada por una lucidez exacerbada, para bucear en la cara oculta de la realidad. Y es que es la lucidez extrema, que a veces se confunde con la locura, la única capaz de abrir esa «puerta dibujada en la pared».


26/6/18

Rodrigo Quirós – Silencio




Qué difícil es recordar, todo viene en desorden, amañado y sesgado por un crepitar de instantes nuevos; nebulosos los recuerdos se van acomodando, se ajustan, se modifican incansablemente, hasta que la memoria los hace florecer falsos, ungidos de deseo, nuestro deseo.

A Rodrigo Quirós lo conocí, o tuve noticia de él en el taller de Chico Zúñiga, hace más de veinticinco años, por entonces era un mocoso estúpido, (ahora solo queda de mí la estupidez) lo recuerdo ahora como un hombre viejo, casi tan viejo como me siento ahora, su rostro estaba curtido de smog, de viento, de un sol cruel, vestía un saco negro, que olía ha guardado, todo él olía a sucio, a viejo, a calle, con una joroba enorme. Hablaba con pasión de Rinbaud, de Eluard, de Baudelaire, lo escuché recitar de memoria el “Barco ebrio” y las “Letanías de Satanás”. Yo estaba fascinado.

Este modesto y olvidado poeta lo vi una vez más, en las calles, con un andar dantesco, hablando solo, sumido en su dulce locura, así murió, solo, loco, olvidado. Hoy quiero recordar uno de sus poemas, de 1967, de un pequeño poemario “Después de nacer”, un poema dulce y representativo de un poeta místico y vernáculo a la vez: “Silencio”.

Germán Hernández.

 
Rodrigo Quirós

Silencio

Si yo dijera: Existo,
¿me atendería la noche?,
¿qué variación habría en el negro silencio
con heladas estrellas y hierbas desmayadas?
Mi voz se tornaría un eco milenario
De la música inmóvil que sostiene el espacio,
Se volvería más frío el brillo de mis ojos
Y manos ardientes se llenarían de ausencia.

Si yo dijera, ahora,
a la noche, que existo,
que su inmensidad fija el peso de mi cuerpo,
que todo su destino se contiene en mis ojos,
¿qué señal volaría por entre las estrellas?
¿qué fuego tocaría mi pecho interrogante?
Bendición que respiro.
La noche me contiene y yo le doy su nombre.
El mundo me contiene y yo le doy sentido,
entre tantas distancias de negrura y misterio
no diré una palabra. Sólo quiero el silencio.

Rodrigo Quirós.



24/6/18

Perder la decencia




Yo nada sé ni entiendo de fútbol. Pero sí sé de la alegría de celebrar un gol, de cuando un jugador con picardía y espontaneidad se sale del guion y nos hace soñar con una travesura contra algún gigante invencible. El fútbol es a veces la única alegría de los que sobreviven cotidiananamente atados a sus rutinas, la única posibilidad de trascendencia, no por nada los espectadores creen que sus consignas, camisetas e inflamados ánimos también juegan en la cancha. Por eso duele tanto la derrota para los que tienen tan pocas victorias.

El viernes 22 de junio, en un juego que según expertos, y jugadores fue perfecto y lo dieron todo, acabó definitivamente el sueño de la afición de repetir aquellas victorias de Brasil 2014; siendo realistas, es poco probable que alguna vez se vuelvan a repetir. Lo que extraña es la conformidad de esa selección de futbol que resumía todos los anhelos de un país ingenua y cándidamente futbolero.

Celso Borges, quien quizás sea el más carismático jugador costarricense de todos los tiempos le reprocha a la afición que esperaba todo de él: “que opine la gente lo que quiera”, ¿de verdad? ¿realmente no te importa?, les duele perder, a quién no, pero en la Sele están satisfechos, ellos seguirán adelante, lo dieron todo según sus palabras, pero nunca los escuché pedirle perdón a una afición que lo espera todo, nunca los escuché decir que un resultado menor al de Brasil 2014 (por iluso que suene) era inaceptable, qué pronto tocaron techo estos muchachos, que poco compromiso tienen con una afición que los adora, parece que les basta con los buenos contratos e ingresos en Europa con los que la gran mayoría no podemos ni soñar, que adicionalmente reciben jugosos patrocinios y contratos publicitarios para vendernos refrescos, pantallas, pollo frito, llantas y planes prepago. Esos jugadores han recibido mucho de un pueblo que los idolatra y que hoy recibe tan poco de ellos, ese pueblo tiene derecho a sentirse derrotado, inconforme, molesto y mucho más ante la conformidad de esa selección y su cuerpo técnico, su actitud es una pérdida de decencia, de decoro y de honor.

Hace diez años, en medio de la más dolorosa fractura y polarización social, los señores Kevin Casas entonces segundo vicepresidente de la república y su compinche el diputado liberacionista Fernando Sánchez suscribieron el finado “Memorándum del miedo” una cínica estrategia de miedo, chantaje a la población y descrédito a sus adversarios, la cual fue implementada íntegramente y la cual llevó al pírrico triunfo de las desproporcionadamente mejor financiadas y logísticamente mejor preparadas fuerzas del “Sí al TLC” contra las del “No”. Ambos muchachos se indignaron mucho por la falta de respeto a su correspondencia privada (el Memorándum fue jaqueado de sus cuentas de correo, pero tampoco eran tan privadas, el Memorando llevaba membrete del gobierno de la república) en todo caso nunca pidieron perdón. Y ni falta que hacía, uno renunció a su vicepresidencia y se fue a dar clases a una prestigiosa universidad norteamericana, y siguió siendo colaborador ocasional de la Nación y de CNN, y como recompensa hoy estrecha la mano del presidente Carlos Alvarado que lo ha juramentado para que sirva a la Patria como ciudadano notable para la “Reforma del Estado” (El mismo día en que la Sele de fútbol sale conforme y satisfecha de su eliminación al mundial). Vale agregar que el ex diputado Sánchez, recibió como recompensa por el Memorando irse para el Vaticano como diplomático durante la administración de Chinchilla y parte de la de Solís (Hasta un libro de memorias escribió de esa hermosa experiencia) y regresó al país para ser hoy el flamante Rector de la Universidad Católica. Esas cosas duelen, hay gente honorable que ha dado toda su vida por causas superiores sin recibir nada a cambio.

Pero lo que realmente indigna de todo esto, es que Carlos Alvarado se olvidó muy pronto del millón  trescientas mil personas que lo hicieron jefe del Poder Ejecutivo, del mandato que el electorado le trasladó y de lo pronto que lanzó a la basura su plan de gobierno para abrazar las componendas de Piza y el equipo económico que le impusieron con sus recetas fondomonetaristas fracasadas hace más de treinta años; indigna más la comisión de “notables” que nombra ahora y que juramenta como lo hizo con la sele de fútbol como si de ellos dependiera ahora el cargo que ostenta. ¿Dónde están los grupos de mujeres, de colectivos LGBTI, de ambientalistas, de sindicatos, de campesinos, de las juventudes y personas de buena fe que ayudaron ponerlo a la cabeza del ejecutivo?, ¿tan rápido los desechó?, nunca he entendido el desprecio de la dirigencia del PAC por los sectores sociales.

Al inicio de la gestión de Carlos Alvarado he sido ácido y duramente escéptico, muy en el fondo anhelaba equivocarme en mis críticas, pero ahora que todo está claro, el señor presidente ha perdido todo mi respeto, evidentemente lo mangonean fuerzas políticas que lo han cooptado, no vale ni como escritor (aunque sus mediocres novelas se agotaran en la Librería Internacional que tanto desprecia la literatura criolla).

¿Dónde estabas Carlos hace diez años? Muchos estábamos dando la lucha por un modelo de sociedad, por la dignidad, por la patria, aunque no sirviera de nada. Pero el presidente hoy sos vos, y nos has traicionado y nos has dado una bofetada mientras estrechabas la mano de un personaje indigno y siniestro de la historia nacional a quien haces tú asesor y aliado. Su actitud don Carlos es una pérdida de decencia, de decoro y de honor.

Germán Hernández.