31/7/19

Notas VIII




Los inmigrantes, no importa de dónde, son seres humanos de desecho, los perdedores. No los quiere nadie, ni sus países de origen como tampoco los países receptores. Pero nadie los aborrece más que el Libre Mercado, pues los inmigrantes no compran pantallas, ni autos, ni celulares, ni casas; los inmigrantes no se hospedan en resorts ni comen en restaurantes, no compran ropa de marca ni suvenirs, no usan Master Card ni Américan Express, lo único que cargan es su pobreza y su hambre.
En cambio, un lindo, redondo y rojo tomate sin aranceles gracias al Libre Mercado todos lo quieren. El tomatito puede viajar libre por el mundo, es mejor que cualquier inmigrante, por eso ante él caen todas las barreras arancelarias y todas las fronteras para que el feliz tomatito viaje libre por el globo, y llegue a las mesas del mundo, a tu mesa, a la de los ganadores.

Germán Hernández
 



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