12/1/09

Homenaje a José María Cuellar

José María Cuellar


José María Cuellar (El Salvador 1942-1980) Vivió como un meteoro, murió en un trágico accidente automovilístico cuando apenas tenía 38 años. Su poesía impresa (la mayoría de ella póstuma) es prácticamente imposible de conseguir. A no ser por Internet donde pueden encontrarse algunos de sus poemas, a estas alturas su obra sería apenas una curiosidad filológica y académica, si acaso.

En esta oportunidad rendimos un pequeño homenaje publicando tres de sus poemas, poesía urgente para un tiempo reñido y lleno de sueños y desengaños, poemas viserales, para un tiempo en que cada beso y cada abrazo se dan entre martirios.



Acabo de partir de mí mismo

no soi chema cuellar
ny soi amigo de nadie
ny tuve una abuela paralítica
ny soi poeta
ny ciudadano
ny nada
me vale un pyto que nadie se acuerde de my
me llevo a san salvador en el volsillo
i hablo con gentes
que no se conocen
ni me conocen
no importa si una puerta se cierra en nicaragua
si una muchacha se declara en santiago
sy una paloma vuela por el yan-se
si el mejor libro se está escribiendo en lima
no me importa
estoi vacío
solitario como un abrigo de invierno.


Te pido todo menos el corazón

Te ofrezco este ramo de rosas
Para que tu mirada se lo vaya comiendo poco a poco
Porque llegarán los días
En que no podrás luchar más conmigo
Y tendrás que ceñirte
Tú sola la corona
Pero
Te pido todo
Menos el corazón que dejo a quienes honren tu nombre
Y se sienten a tu mesa y hablen de la amargura
De este cielo
No llores
Puedes agotar el agua de tu país
Y hacer que las fábricas se paren
Eso
Te provocaría una muerte violenta
Por todo eso
No me esperes para cenar
Y procura que nadie me recuerde
A noser que sean amigos de la casa


La tristeza es más larga que todos los caminos

No es necesario decir que han caído las primeras lluvias
Y que los árboles visten las primeras flores
No es necesario decirlo
Aunque el río descienda con huesos y madera de la más dulce estirpe
Porque el invierno tiene una gran similitud con la tristeza del hombre
El hombre aprendió a llorar
Cuando cayeron las primeras lluvias sobre su corazón
El hombre es un pequeño pozo de agua
Pero no es necesario decirlo
Basta saber que es poco lo que sufre
Porque un día antes o después
Él puede quedar dormido entre la tierra húmeda.

El hombre se pregunta en qué región extraña se quedó su alegría
Su alegría de niño, de sol, de sol adolescente que no empañó
/el silencio del invierno
En qué sitio de tránsito y espanto se consumió su lámpara
Por qué la soledad hace una estancia larga
En el frágil corazón de las muchachas

La tristeza es más larga que todos los caminos
El amanecer es más oscuro que la primera piedra
En donde el hombre enseña las garras o la primavera
Y duerme sobre el silencio de la tierra
Azotado por el temor de las primeras lluvias

Aquella fecha lenta de grandes maxilares
Se perdió entre cavernas y desiertos
El tiempo pasó para destruir la furia de los ojos

El hombre es el eco de la sombra
(Él ha hecho posible el túnel donde se ahoga la conciencia
El odio hacia la forma celeste de los pájaros
La angustia de las madres que hilan en ruecas de ceniza)

El hombre es aun lágrima
Es un llanto que suelta sus blasfemias


4 comentarios:

  1. Confesión de oficio (como corresponde): no lo conocía.

    Germán, excelente manera de presentarnos a este que "no es poeta"; además, no sé si soy yo y mis mañans, pero me los fuiste poniendo en orden, hasta llegar a ese último, muy, muy bueno.

    Saludos.

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  2. Me pareció buena, pero falta de oficio. Siento que tiene muchos de los clichés de la lírica salvadoreña de su momento.

    Sin embargo, el rescate de este, como de muchos otros poetas, siempre me parecerá un "beau gest".

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  3. Uno de los mejores poetas de los años previos y durante la guerra de El Salvador. Me encanta ese desenfado inspirado por la soledad, el costumbrismo y la injusticia. Suerte que tengo algunos de sus libros. Entiendo que también dejó una novela inconclusa. Lástima que murió antes de tiempo y en un "accidente"... provocado por los escuadrones de la muerte.

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    Respuestas
    1. Me encantaría poder contactarle, la obra impresa de Cuellar es prácticamente inexistente en Costa Rica, y hay muchos detalles que ignoramos sobre el poeta, su vida y su obra... póngase en contacto conmigo si no es abusar de usted.

      german.hernandez@live.com

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