30/1/09

"Lectura de mi noche" Recordando un poema de Cardona Peña





Quisiera compartir un entrañable poema del poeta costarricense Alfredo Cardona Peña. La particularidad de este poema es que nunca apareció en libro, y se publicó en 1963 en forma independiente y no apareció nunca más publicado en antología ú otra publicación. (hasta dónde sabemos) Creemos que esta es una maravillosa oportunidad para rendir homenaje a este brillante poeta y su obra, al mismo tiempo que desempolvamos y rescatamos esta hermosa obra.





Lectura de Mi Noche

... un regret souterrain s'y change en herbe sombre puisqu'il n'a pas trouvé la force de mourir.

Jules Supervielle

Lo que yo amaba
-tan palpable y luminoso
como los racimos de la luz
en la mañana-
se fue de mí. He adquirido
naturaleza de sombra.
Ya no es lo mismo.

La voz en donde mi nombre
ardía como un incienso,
y cuyas ondas enviaban
ramas de su sér al mío,
se apagó como se apagan
los ecos en la montaña.
Nadie me nombra. No hay nadie.
Ya no es lo mismo.

Lo que en la tarde, esperando
como una cierva a su ciervo,
era, en la mesa tendida,
porción de júbilos hechos
y diálogo con aromas,
fue invadido por el monte
de las cortezas amargas,
ay, se fue enfriando lo mismo
que un leño bajo la lluvia.
No tengo hambre. Prefiero
mendigar este recuerdo.
Ya no es lo mismo.

La presencia que miraba
al despertar, a mi lado,
y la que yo despedía
al penetrar en el sueño
-tibio, cotidiano apoyo
de mi soledad, certeza
de un premio a mi alma asido-
desvanecióse. De pronto
fue arrebatada en la urna
de un viento hostil, conducida
a la oquedad que no vemos.
Ya no es lo mismo.

Las fechas que cada año
cubrimos de mar y selva
-oro guardado en el tiempo,
hada fiel de la memoria-
van atravesando el cielo
como flechas agresivas,
y al llegar dejan caer
pesadamente la ausencia.
Ha oscurecido. Ha temblado.
Quemó el granizo mis plantas.
Ya no es lo mismo.

Lo que tomaba en mis brazos
-el bosque de la existencia,
el mar, la luz, la dulzura
del fruto bajo la estrella-
desapareció, se hizo
pariente de las raíces,
bajó a la tierra y es huésped
de sus palacios sombríos.
No tengo imagen. Voy ciego.
Ya no es lo mismo.

El ángel de mi poesía
ha reclinado su frente
bajo las piedras. Rasgando
la vestidura del sueño,
cubrió de ceniza y polvo
su desnudez. Cómo duele
decir que llegó su noche,
que está sin alba, que un rayo
hirió de pronto su aliento.
Estoy sin ángel. No puedo
iluminar mi silencio.
Ya no es lo mismo.

¡No es lo mismo! Y mientras cubren
las soñolientas neblinas
mi alma, como a una choza,
de nuevo florece el mundo,
y el sol y el amor levantan
con sus diamantes el día.

Alfredo Cardona Peña.

6 comentarios:

  1. Muy bueno, Germán, muy bueno.

    No sé si será ingenuidad, pero no puedo evitar emocionarme cuando veo que los blogs permiten hacer que los textos circulen, se comenten, y como te decía hace un rato, "reciban aire".

    Más allá de estéticas o ideas, gustos o disgustos, lo primero es preocuparnos por dar a conocer los textos. Lo demás le queda al lector.

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  2. Muy bello poema. Me gusta más que mucho de lo que le había leído antes. Sin duda su poesía está sobreviviendo de una manera que su cuentística ya no pudo.

    Si te interesa la buena literatura con algo de aroma clásico, te recomiendo este hermoso sitio: http://delicuescencias.blogspot.com/

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  3. bueno para mi me parecio lindo , esa paz con que lo escribe la tranquilidad q da al leer muy lindo

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  4. Me fascina este gran escritor, en Teatro Dallas hemos escenificado algunos cuentos para niños y los de misterio también. Existe un poema sobre peces que tenemos pensado montar con bailarines de estilos butoh y contemporáneo.

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  5. Respuestas
    1. Así es Vernor, un poema de una rara belleza, impecable, donde todo es esférico y líquido, donde no falta ni sobra nada. Saludos!!!!

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