14/3/11

Posibles Futuros - Cuentos de Ciencia Ficción

Preguntarse qué hace o qué define a la Ciencia Ficción, siempre ha sido una cuestión difícil de responder. La respuesta más ingenua sería aquella que se basa en sus tópicos: extraterrestres, viajes interplanetarios, androides inteligentes, etc.; ciertamente todos esos tópicos están presentes en la literatura de ciencia ficción, pero no estoy seguro que la definan.

Recuerdo la aguda observación que me hiciera al respecto el querido amigo y narrador William Flores en su momento respecto a una antología latinoamericana de ciencia ficción publicada en los ochentas por Orbis y recopilada por  Bernard Goorden y Alfred e. Van Vogt, al respecto me decía: Es una antología hecha por anglosajones, y mucho de lo que ellos consideran ciencia ficción para nosotros es realismo mágico”.

Quizás, lo que define a la ciencia ficción en buena medida sea lo que refleja el título de la notable antología publicada en 2009 por EUNED: Posibles Futuros, en otras palabras, un futuro donde se vuelve cotidiano lo que hoy técnicamente no es posible: esos androides inteligentes, los viajes en el tiempo y el espacio, o el sombrío amanecer post-cataclismo, etc.

Pero finalmente lo que me importa, es valorar la dignidad literaria de un texto al margen de sus etiquetas, claro, esas etiquetas también tienen su propia dignidad.

La Antología que reseñamos, tiene un defecto que lamentamos: no se nos dice por ninguna parte quién la ha reseñado ni por qué. Pero dicho defecto queda en segundo lugar muy pronto, gracias a la calidad y valía de la selección.

Seis cuentos y seis autores, con una breve introducción de Juan Toledano, quien expone y trata de contextualizar la ciencia ficción en Latinoamérica y en Costa Rica para introducirnos en el terreno propio de la muestra, me sorprende que omitiera en su comentario a Alfredo Cardona Peña como antecedente, en vista de que su obra narrativa es especialmente valiosa en ese sentido y precursora del género fantástico y de ciencia ficción en la narrativa costarricense y centroamericana  (Para muestra un botón: “La Niña de Cambridge”).

Abre la muestra con “Los Túneles de la Memoria” de Laura Casasa, quien valiéndose de la especulación escatológica (tópico bien resaltado por Toledano) nos lleva a un futuro donde la humanidad habrá devenido en una raza subterránea, y vívidamente nostálgica; un cuento bellamente elaborado que hábilmente interpela al presente y su escaza capacidad de aprensión.

Le sigue uno de los cuentos más hermosos de la selección, “La onceava generación” de Antonio Chamu el cual está elaborado con una técnica impecable, ofreciendo claves y premoniciones desde la primera línea sin precipitar o explicar el desenlace, manteniendo una tensión y atmósfera de suspenso que solo es posible resolver hasta la última línea; irónico, poético, un texto que por su capacidad sugestiva merece ser releído.

“Frente Frío”, de la notable narradora Jessika Clark, nos sumerge en un futuro caótico, gélido, donde en medio de la conspiración, el más humano despecho sirve de motivo para renovar las fuerzas más íntimas de la tierra como fuerza renovadora ante el esfuerzo humano por no quedar al margen.

En una clave distinta, “La Tropa” de David Díaz, más distante, menos especulativo, menos futurista, elaborando un registro de candorosa ingenuidad en la fantasía crédula de la infancia, a la larga un  rodeo para llegar hasta la inocencia perdida, perdida para siempre en cada uno de sus protagonistas.

“Sputnik”, de Iván Molina Jiménez, es un relato ágil, fresco, imaginativo, pero el menos logrado de todos cuando el autor, sin sutileza alguna, nos revela toda su intención hacia el final del relato, malogrando uno de los mejores argumentos de toda la selección.

“Flor de crepúsculo” de Laura Quijano, nos regresa a ese atardecer de la humanidad, a ese futuro post cataclismo mediante el juego onírico y los torbellinos de arena, que finalmente se llevarán todo rastro.

Proponemos una lectura sin prejuicios ni parcialidades, simplemente literatura de la buena para quien quiera aproximarse a la nueva narrativa costarricense y a su vena más atrevida, la ciencia ficción.

Germán Hernández. 

1 comentario:

  1. Reseña motivadora, Guega. Tan pronto pueda me leo el libro. hay darse por enterado de lo que los autores de ciencia ficción están haciendo en nuestro país.

    ResponderEliminar

Deja tu signo