Los premios nacionales en
literatura “Aquileos” para 2013, fueron más que generosos. De las tres
categorías: novela, cuento y poesía, se premiaron cinco obras. La tendencia a
otorgar premios compartidos, parece no tener freno en Costa Rica, o sobran los
genios, o faltan más premios.
Como sea, hay que hacer algunas
consideraciones importantes, esta vez, el jurado compuesto por tres miembros,
no fue tal y solo fueron dos, por la visible ausencia del representante de la
Asociación de Escritores. Además, y como afirma CulturaCR “Entre las contradicciones de este proceso resalta que, en literatura,
los jurados fueron juramentados en diciembre de 2013, a final de año, un miércoles,
pero el plazo para la recepción de obras vencía dos días después. CulturaCR
supo que los jurados recibieron dos paquetes de obras, uno a finales de
noviembre y otro a finales de diciembre, y con en ese tiempo tuvieron que
decidir”. Esto es grave.
Sin entrar en detalle sobre el
valor de las obras premiadas, como escritor, para mí sería lamentable, recibir
un galardón en estas condiciones, con un jurado incompleto y con apenas un par
de meses para conocer, deliberar y decidir sobre la producción literaria nacional
del año en cuestión.
En el caso de poesía, se ha
premiado la obra reunida de dos escritores, “La Canción de Oficio”
de Osvaldo Sauma, y “Gramática del Sueño” de Diana Avila. Igual que el año
anterior (en que se premió una antología personal de Luis Chaves) no se otorgó
el premio a ninguna obra poética nueva. Es decir, que para los jurados en el
2012 y el 2013, no hubo publicaciones de obras nuevas en poesía lo
suficientemente relevantes como para ser premiadas, y parece ser que este año los
jurados han optado por este reparto salomónico que más parecen premios “honoríficos”.
En cuanto a obras nuevas: “desierto”.
Parecido ocurre en novela, donde “Guirnaldas
(Bajo Tierra)” del multipremiado Rodolfo Arias Formoso y “Crimen con
sonrisa” debut literario de Mirta
González Suárez, son equiparadas como mejores novelas del año, por lo menos sí
son obra nueva.
La única obra que no fue “medio
premio nacional” es “Tu nombre será borrado del mundo” de Guillermo Fernández
en la categoría de cuento, algo que nos alegra, teniendo en cuenta que este año
que pasó también habían importantes obras en dicho género como la destacable “Cuando
se ama a una rana” de Eduardo Alfonso Castillo.
Todo esto coincide con la recién
promulgada Ley de premios nacionales, la cual, desafortunadamente no cambia
mucho las cosas en cuanto a los “Aquileos” en literatura, tanto que incluso,
extiende transitoriamente por un año más las actuales disposiciones de los
premios (O sea, que habrá jurado de dos miembros para el 2014, que podrán
premiar en combo antologías, reediciones, obras completas y premios
honoríficos disfrazados). Sería de esperar que en la redacción del reglamento a
la nueva ley se delimiten de mejor manera los alcances y los límites de unos
premios, donde se ha galardonado generosamente de todo y que año con año se devalúa
en relevancia y rigor, o preparémonos para más de lo mismo.