Rodrigo Zúñiga nos entrega una breve muestra de su segundo poemario "el otro damián" para que los que queden con ganas de más vayan por el libro.
sale a escena con un cuchillo de verdad
el telón se levanta como las fauces de un león
–lo sabe–
son los lugares
que se han vendido
por tres décadas
ya
Entonces, ojos y bocas observan
cómo va caminando por la cuerda floja,
al filo de sí,
al filo de cristales rotos sobre su vientre
y se los va tragando despacio,
porque hay cosas
que sencillamente
se deben aprender a masticar
Se hinca y
contra el suelo
empieza
a escupir blasfemias,
como decir sangre,
como decir
mentiras,
como tragar fuego,
al igual que derrotas,
al igual
que palabras,
porque hay cosas
que lucen mejor al calor de las cenizas
Afuera son nuestros los aplausos,
adentro, suyo es el miedo
que sube de marea y llega hasta el cuello,
el desafío de domar su propio yo,
el acto de escapar,
estando
esposado a los sueños,
el ser capaz de lanzarse los cuchillos,
acertarlos
todos,
el desaparecer conejos, cartas, lágrimas
y saltar desde sí mismo
sin red
y cortarse en dos
y decir
“Yo soy el payaso sentado
en la primera fila,
–descalza la risa–
tomate en mano,
esperando al siguiente acto”
el sujeto (vi)
Hoy no quiero mis fotos en el muro
de ninguna red social
Más parecería un retrato hablado,
un cartel desteñido de “Se busca”
o bien, un nuevo privado de libertad
sosteniendo con las manos su pena
de frente y de perfil
Más valdría poner una de anteayer
o, mejor aún,
esperar hasta mañana
Hoy no me esperen
No insistan,
que hoy
no voy a dar
la cara
cuando las voces cuentan verdades en lugar de ovejas
escucha llegar la madrugada
como se escucha esa llave del baño descompuesta
que no deja de llorar
La madrugada entra
lo mismo que la mirada por el ojo de la cerradura
Lo ve como una causa perdida,
una alimaña acorralada, a contrapelo del sueño,
a merced de sus garras
Lo sorprende adolorido
esperándola/soñando huir de ella
El llanto lo despierta sin percatarse
El barro del amanecer no lo deja respirar
Se imagina la estática del televisor
aún suspendida en el cuarto,
las voces de fondo
de una multitud en silencio,
el vestigio de unos perros que ladran,
apagándose
conforme se apaga también la oscuridad
Ahí
en esa trinchera, cansado,
bulímico de sueño,
ahora que tarde o temprano es de día
(El deseo es una gotera en la cabeza,
que no se repara y lo inunda todo
El remordimiento es un coyote,
una ciudad que no duerme
El amanecer, un timbre
que no puede retractarse de sonar)
***
Pensalo bien, así es la vida:
No importa cuánto apretés los ojos para dormirte
y te escondás bajo las sábanas,
las manos de la realidad
igual te jalarán los pies
al llegar la madrugada
el sujeto (viii)
Les cuento, no más para que sepan:
ayer mi sombra me entregó su carta de renuncia,
me informó que se retiraba,
que había pedido asilo político ya en otro lugar,
habló de no estar contenta con las condiciones,
que no tenía nada que ver con su salario,
que tenía miedo, que estaba cansada,
que llevaba años sin dormir
y de cargar mis ataúdes totalmente llenos,
de trabajar horas extras y ser siempre un completo extraño,
de andar arrastrada y desnuda y tener que abotonarse toda,
de guardar mis poemas en sus bolsillos,
sentirse amarrada y no poder escribir los suyos,
que, al igual que a mí, dejo que la pisen,
que el mundo, los autos, la vida, le pasen por encima,
que los malos tratos ya le han pasado factura,
pues la han visto flaca y hasta el alma sin pellejo,
con sus ojeras colgando como ropa recién lavada,
y un ojo le hace falta ya,
porque mis cuervos se lo sacaron por pura diversión,
y tampoco hice nada,
dijo marcharse esta noche y tan solo llevar
unos poemas en los bolsillos,
sí, ya sé lo que me dirán,
ya sabemos que no llegará muy lejos,
siempre regresa
En estos días
no hay quién no quiera el trabajo a cambio de luz
Rodrigo Zúñiga. (1982, Guápiles) vive en San José. Es
Psicólogo y estudió Enseñanza del Inglés en la Universidad de Costa Rica. En el
año 2013, su libro Souvenirs y noticias de amor fue galardonado con el primer
lugar del Certamen Literario Brunca en su XXX Edición en el género de Poesía
(UNA). Ha publicado dos libros con EUNED: Deshojar el reloj (2013) y el otro
damián (2016).