“Mi madre tenía tres meses de embarazo cuando asesinaron a mi padre.
Guardaba cama por prescripción médica, para prevenir un aborto similar al del
año anterior y permaneció en reposo absoluto hasta que yo nací, cinco meses más
tarde. 34 años después murió del mal de Parkinson, tras una larga, casi
interminable enfermedad. Había pasado en cama o sin moverse algunos de los
momentos más importantes de su vida.”
Este texto corresponde al primer
párrafo del relato “Retrato de mujer con los instrumentos de la pasión” de la
colección de relatos “La última aventura de Batman” de Carlos Cortés (obra que
fue reconocida como premio nacional de cuento en 2011). Podemos afirmar que en
este párrafo se resume toda su novela “Larga noche hacia mi madre” trama
mínima, sin más, salvo un desfile de parientes de mediocre singularidad.
No deja de ser interesante
rastrear la génesis de esta novela en otros relatos del cuentario citado,
particularmente en tres cuentos: “La última aventura de Batman”, “Retrato de
mujer con los instrumentos de la pasión” y “La viuda de blanco” dichos textos
abarcan, resumen y agotan todo lo que tres años más tarde “Larga noche hacia mi
madre” relata de manera sobrecargada, y es que para mí, la novela está
prácticamente agotada en las primera veinte páginas, en vista de que en el
resto no habrá más que un estéril sabor a redundancia, a concéntrica vaguedad y
sofismo.
Desde luego que Carlos Cortés
sabe escribir, y lo hace bien, por lo que no asombra que surjan destellos de
ingenio y belleza plástica entre sus páginas, pese a la ciclotímica actitud del
narrador, que ensaya desde la actitud del superhombre nietzsheciano hasta el
más patético Kafka de “Carta a mi padre”.
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Carlos Cortés |
No hay giros narrativos ni
recursos para al menos despertar la atención en este plano relato del que ya se
sabe todo desde el principio; apenas inquieta, y ni de lejos aquellos capítulos
divergentes, quizás como intento para romper la monotonía, totalmente
impostados como “X. 28 semanas de gestación” ó “XIII. De Fernando a tía Nena” donde
en este último el artificio epistolar cae en lo absurdo, pues la carta la
escribe un personaje que llegará mucho antes al destino de su carta.
La edición de Alfagura es lamentable, está plagada de erratas, hoy diríamos "dedazos".
Con todo, “Larga noche hacia mi
madre” es una novela multipremiada, primero obtuvo en 2013 el Premio Centroamericano de
Novela "Mario Monteforte Toledo", en Guatemala, luego el premio
Ancora en 2015 en Costa Rica y fue una de las siete finalistas del premio
hispanoamericano Rómulo Gallegos en su última edición. Pese a ello, no puedo
comprender qué habrán visto los generosos jurados en esta novela, donde lo
“experimental” caballito de batalla en toda la obra de Cortés, comienza ser
indicio de carencia y no sé si tendrá el favor de los lectores.
Germán Hernández.