29/1/20

Crimen con sonrisa – Mirta González Suárez




Crimen con sonrisa es la primera novela publicada por Mirta González Suárez (San José, 1948), la cual fue distinguida con el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría 2013.

Básicamente, Crimen con sonrisa es una colcha hecha de retazos mal remendados que le queda pequeña a la cama que pretende abarcar. Construida a partir de glosas académicas, clises revolucionarios, anécdotas estudiantiles, notas históricas de la política nacional, centroamericana y algunos crímenes que alcanzaron repercusión mediática, carece de la más mínima tensión narrativa o al menos de una trama que una tanta mezcolanza tratada superficialmente y desaprovechada en sus potencialidades y relevancia.

Los personajes son planos, esquemáticos, sin contradicciones, sin desarrollo psicológico, y ni decir del supuesto protagonista Juan prácticamente ausente hasta la mitad de la novela, que no es chicha ni limoná.

No es histórica, según la opinión de algunos; mentar hechos sociales y políticos de las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI no convierten una novela en ficción histórica, hay historia, pero no es histórica. Como tampoco entra dentro del género negro, sí, hay crímenes, y policías, pero no es policiaca pese a su provocador título donde la “sonrisa” sobra y el sugerente diseño de portada y contraportada resultan ajenos y engañosos al texto que resguardan.

Mirta González Suárez


Cuesta entender cómo esta novelita mediocre compartiera el premio nacional Aquileo J. Echeverría de 2013 con Girnaldas bajo tierra, novela notable y exquisita, obra de madurez y posiblemente obra maestra de Rodolfo Arias, semejante equiparación por parte de los jurados[1] es difícil de comprender, así como su generosa actitud de repartir premios de dos en dos[2].

Germán Hernández




[1] Para los premios nacionales Aquileo J. Echeverría de 2013, los jurados para las ramas de poesía, cuento, novela y libro no ubicable fueron Mónica Perea (Ministerio de Cultura y Juventud) y Carlos Villalobos (Universidad de Costa Rica), no hubo tercer miembro del jurado pues la Asociación de Autores no tuvo representante.
[2] Pues sí, parece que entre dos no pudieron ponerse de acuerdo y con la excepción de la categoría de cuento, en las restantes dividieron el premio.





¿Desea escribir y publicar sus textos literarios o de otras materias correctamente y mejorarlos? Le ofrezco mis servicios de Taller literario, edición y corrección de textos

Taller literario, edición y corrección de textos

22/1/20

La alquimia de la Bestia – Luis Diego Guillén



Luis Diego Guillén debuta literariamente con La alquimia de la Bestia, un mamotreto de quinientas y pico de páginas impresa por URUK en 2016. Cobra relevancia al recibir el premio nacional de novela Aquileo J. Echeverría de ese año y el premio de la Academia costarricense de la Lengua en 2017.

La alquimia de la Bestia es lo que se suele mal llamar “novela histórica” con todos los equívocos que eso conlleva, cuando lo que mejor cabe a mi parecer es denominarla “ficción histórica”, es decir una mentira sobre un trasfondo histórico, requisito indispensable para que sea también novela, y para que una buena ficción histórica sea una buena novela, debe primero construir un riguroso andamiaje histórico que resista la majadería académica, y con ese esqueleto, una hermosa mentira, lo suficientemente verás para creerla sabiéndola mentira, si esto ocurre, y creo que sí ocurre con La alquimia de la Bestia, entonces se puede retirar el andamiaje para disfrutar del edificio.

En este caso, ese andamiaje histórico se ubica en las colonias españolas del siglo XXVII, en una mugrienta y gris Cartago, en las costas del Caribe, en la indómita Talamanca, a propósito del alzamiento de Pablo Presbere, pero que quede claro que no es una novela sobre el líder indígena como algunos desvergonzados sin leer la novela han dicho. El edificio es sobre un personaje privilegiado, que será testigo y protagonista de su tiempo y su espacio, un raro pícaro como tantos de su tiempo, rescatado por la ficción y del anonimato histórico, Santiago Matías de Sandoval y Ocampo, mil veces muerto, mil veces resucitado, renacido y metamorfoseado espera al fin la ejecución de su sentencia como quien espera una muerte florida mientras narra a sus verdugos su travesía por el mundo. Inevitable es mencionar que me recordó ese mismo recurso en el caso de Mixtli, protagonista de Azteca, la fabulosa novela de Gary Jennings.

Siendo entonces la narración de un testigo, se trata también de la reconstrucción subjetiva de este, lo que le da curiosamente la solides y veracidad para recorrerla confiados. De todas maneras, su lectura no será diáfana, por el contrario, su autor fiel a un estilo, elabora una retórica maciza, densa, un clima y un aliento de época, la de los personajes y lugares que recrean su historia, con todos los riesgos del caso, esa obstinada fidelidad del autor es uno de sus mayores logros, pese a la linealidad del relato y a lo fácil que resulta ir anticipando los eventos que se irán desarrollando.

Luis Diego Guillén
A lo largo de este relato, a veces redundante, donde se han sacrificado muchos recursos narrativos que le restan fluidez, a veces maravilloso, en la opulenta descripción para reconstruir ambientes, lugares, acontecimientos, visiones de mundo, el fuego griego, las cosmologías de las naciones profundas de Talamanca, o la organización político-administrativa de las colonias hasta amalgamarse en las sincréticas introspecciones del protagonista, esfuerzo pocas veces ensayado en la narrativa costarricense, y que ha sabido matizar el autor sin caer en un relato pedagógico. Una novela significativa, para leerse con paciencia y compromiso.

Germán Hernández.




¿Desea escribir y publicar sus textos literarios o de otras materias correctamente y mejorarlos? Le ofrezco mis servicios de Taller literario, edición y corrección de textos

Taller literario, edición y corrección de textos