- ¡Diez minutos que pueden
cambiar su vida! – enfatizó teatralmente la presentadora de noticias mientras
sonreía y pasaba a otra nota.
Él se quedó meditando, ella tenía
razón, salir diez minutos antes de lo usual podía hacer la diferencia; así
evitaría la presa de carros de cada día, la gruesa cadena de minutos
perdidos frente al volante, la gasolina evaporada inutilmente, el horizonte infinito de
luces rojas de los que van delante de él; sin hacer un gran sacrificio ganaría
tiempo, ganaría vida, bastaba anticiparse diez minutos nada más al levantarse,
al bañarse, desayunar y alistarse para salir en su carro en la mañana; apagó el
televisor, mañana lo haría.
Al día siguiente, él y cien mil
choferes más, tomaron las calles diez minutos más temprano.
Germán Hernández
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