Entre el hastío y la inactividad y
con la medrosa apatía de su compañero Luis Ferras, el ahora agente de Homicidios
Especiales Harry Bosch inicia la historia de esta catorceava entrega de la
serie, originalmente publicada inglés como “Nine Dragons” 2009. En ese
contexto, el detective y su compañero acuden a investigar el asesinato del
dueño de una tienda de abarrotes, no es un caso especial, pero al menos lo
mejor para mantenerse activo. A partir de aquí comenzaran a conectarse esta
novela con otras de la serie, sus personajes y tramas en el juego intertextual al
que nos tiene acostumbrados el autor, sin afectar desde luego la integridad e
individualidad de cada una.
La víctima de homicidio es el Sr.
Li quien durante los disturbios raciales de South Bay (El vuelo del ángel 1999)
acogió a Bosch en su tienda saqueada y compartió con él su último cigarrillo;
para encenderlo, Bosch recogió del suelo una carterita de fósforos con
publicidad de la tienda, dentro de esta, encuentra escrito un aforismo: “Dichoso
aquel que halla solaz en sí mismo” guarda la cartera de fósforos en su pantalón
y encuentra arroz del día de su boda con Eleanor Wish. La carterita de fósforos
ha permanecido por doce años con el detective, solo le hace falta el viejo fósforo
que empleó aquella vez, la ha conservado porque cree en lo dice el viejo aforismo que le ha
dado fuerza en los momentos más duros. El detective se siente comprometido con
la familia y la memoria del Sr. Li y da inicio a la investigación, que por sus
primeros indicios da a entender que no se trata de un atraco sino de un ajuste
de cuentas por parte de la Triada china dedicada a la extorción.
En el transcurso de la
investigación Bosch recibe una llamada angustiada de su hija Maddie, quien
acaba de cumplir trece años y vive en Hong Kong con su madre Eleanor Wish, su
exesposa, antigua agente del FBI, y ahora jugadora profesional de pocker, al
parecer la adolescente ha sido secuestrada por la Triada, ¿acaso una forma de
boicotear la investigación en marcha? Este giro desatará uno de los episodios
más intensos y vertiginosos, un día de treinta y nueve horas en que Bosch y la
mujer de su vida Eleanor se juntarán por última vez, en esta ocasión en Hong
Kong tras los secuestradores de su hija.
Michael Connelly |
Imposible no hacer analogías con “Pasaje
al Paraíso”, donde Eleanor era la secuestrada y su salvador Bosch y que al
momento de su liberación exclama “¡Harry, sabía que vendrías!” Aunque esta vez
quien exclame sea su hija “¡Papá, sabía que vendrías!” Pero para que todo esto ocurra, antes habrán
ocurrido otros acontecimientos que marcarán la vida del padre y la niña,
quienes por sus actos compartirán una responsabilidad y un fardo de
culpabilidad que ya hemos constatado en otras entregas de la serie, comprobaremos
cómo los actos despreocupados e impulsivos de Maddie contribuirán al desarrollo
de más de un mal entendido, y algo que los fanáticos de la serie jamás
perdonaremos al autor. ¡Te odio Michel Connelly, cómo pudiste hacerle esto a
Eleanor!
Con todo, se abren nuevos
escenarios en la vida del detective, nuevos personajes que han crecido con él
en esta novela bisagra que marca un antes y un después. La más excesiva de toda
la serie, te mantiene en vilo, un episodio crucial dentro de la saga.
Germán Hernández
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