24/5/18

Recomendaciones para reducir el gasto del gobierno.




En la edición del domingo 20 de mayo de La Nación, en su columna “Sana crítica” con el título "Empleo y mujeres"  de la señora Nuria Marín Raventós (frustrada primera dama) hace una serie de “sanas” observaciones sobre la última encuesta permanente de empleo del INEC. En primer lugar, destaca que el número de personas desempleadas creció, especialmente en las personas jóvenes, y en las mujeres.
Advierte doña Nuria que ojalá esas inerciales cifras no sumen más “ninis” según ella “semilla de cultivo para el embarazo adolescente, la delincuencia y la drogadicción”. Ignoramos (y ella también) de dónde sacó que los “ninis”, esos güilas que no quieren estudiar ni bretiar por estar jugando Nintendo hasta el amanecer, son adolescentes embarazadas, drogadictos y criminales. La verdad es que no existen estudios para explicar qué estratos socioeconómicos componen a esa población, no se sabe cúantas ninis hay, ni cúantos ninis hay, tampoco se sabe si fuman mota o si son sicarios, doña Nuria está bateando, y sin saberlo está calumniando a los chiquitos chineados de papi y mami que atraviesan una adolescencia “extendida”, quién sabe.
De repente señala dos prioridades país: La generación de empleo (a los ninis les vale picha) y la reducción del déficit fiscal, que para ella (y espero que solidariamente) se resuelve en el control del gasto público, y hasta se atreve a decir que “es señal indispensable para la inversión y el crecimiento” (le voy a tomar la palabra).
Añade doña Nuria que un “mecanismo más inteligente de creación de riqueza y crecimiento es el aprovechamiento del talento femenino en la economía” dado que como ella señala, la tasa de ocupación de las mujeres es apenas de un 37,1%.
Y así doña Nuria nos da su receta: Ampliar el acceso y la cobertura de la Red de Cuido, facilitar el acceso a la banca de desarrollo, programas de autoestima e innovación, mentorías, bla, bla, bla, todas soluciones en las que podríamos coincidir, pero que son carísimas, y que no es más que la misma cantaleta de las Cámaras Empresariales, ¿cómo reducir el gasto gubernamental aumentando el gasto asistencial? ¿De dónde saldrá la harina sin gastar? Eso es un misterio que ella no se molesta en resolver y que ingenuamente sugiere que “son medidas en las cuales las ONG y el sector empresarial pueden ser aliados estratégicos”. Pero sin cacao no hay chocolate, y la plata no saldrá ellos, sino de los que pagamos impuestos, Usted y yo.
He aquí una propuesta para reducir el gasto del Estado, no resolverá el déficit fiscal, pero será una humilde, ética y necesaria contribución: El Estado por décadas paga onerosos alquileres por edificios ruinosos y que solo esperan un meneón para caerse, doña Nuria Marín Raventós por cierto recibe unos cuantos cientos de millones mensuales por alquilarlos al Estado, gasto inútil. Se le deberían expropiar opinan algunos, pero no, esa porquería de edificios no vale ni como escombros. Mejor sería tomar esas partidas subejecutadas que tanto le molestan a la Autoridad Presupuestaria e invertirlos en edificios propios para los ministerios que hoy le alquilan a doña Nuria (eso no va a aumentar el gasto, pues los recursos están disponibles) así generamos inversión, contratos con las constructoras, que contratarán obreros (pueden ser obreras también), y al final, no hay gasto pues todo pasa al patrimonio en activos fijos del Estado, y terminamos con esos alquileres inútiles. ¿Se solidariza doña Nuria a reducir el gasto público? ¿Agarró el volado Carlitos o tiene que pedirle permiso a Piza?

Germán Hernández



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