Foto de Germán Hernández. Modelo: mi pequeña y bella Lu. |
Una gata es a veces un animal
Una gata tiene cuatro patas y tal vez toxoplasmosis
Una gata entra en celo y le "pide" al macho copular
Una gata grita mucho cuando es poseída porque le duele,
porque lo disfruta, porque lo quiere, porque lo odia,
porque no sabe, porque le gusta, porque tiene una
conciencia que trasciende a millones y millones de
especies
Una gata es a veces otro animal
Una gata es totalmente blanca, del bigote hasta el rabo,
blanca como las nieves perpetuas de Mons Nix
Una gata es inteligente, más que un sillón,, mas que una
ballena, más que un chacal
Una gata tiene miedo cuando debe sentir miedo y fuerza
cuando debe sentir fuerza
Una gata brinca el puente de la luna y saluda a Octavio
Paz, brinca de nuevo el puente de la luna, y esta
vez cae rendida a los pies de Vicente Huidobro
Una gata sabe cuándo moverse y cuándo ser una estatuilla
egipcia, sabe cuando ser de alabastro y cuando de barro
Una gata tiene consciencia de quiénes fueron sus
ancestros, de quiénes son sus hijos y quiénes no
serán sus nietos
Una gata es muchas veces una mentira desifrazada de
verdad, es un mito, un símbolo para confundir
incautos y suponer que se sabe la verdadera verdad
Una gata a veces no es genuinamente una gata, es un
nombre, unaciudad, unhombre, algoqueseconfunde
con otra gata quizá
Una gata es una actitud, un sentimiento una visión de
muerte, puede ser un sentimiento de guerra, de rito
de aceptación, pero lo que una gata jamás es nunca,
es lo que creemos que es
Una gata... es siempre otra gata.
Alexander Obando. Angeles para suicidas. Editorial Arboleda, 2010.
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