9/4/19

Una gata - Alexander Obando


Foto de Germán Hernández. Modelo: mi pequeña y bella Lu.

Una gata es a veces un animal

Una gata tiene cuatro patas y tal vez toxoplasmosis

Una gata entra en celo y le "pide" al macho copular

Una gata grita mucho cuando es poseída porque le duele,
porque lo disfruta, porque lo quiere, porque lo odia,
porque no sabe, porque le gusta, porque tiene una
conciencia que trasciende a millones y millones de
especies

Una gata es a veces otro animal

Una gata es totalmente blanca, del bigote hasta el rabo,
blanca como las nieves perpetuas de Mons Nix

Una gata es inteligente, más que un sillón,, mas que una
ballena, más que un chacal

Una gata tiene miedo cuando debe sentir miedo y fuerza
cuando debe sentir fuerza

Una gata brinca el puente de la luna y saluda a Octavio
Paz, brinca de nuevo el puente de la luna, y esta
vez cae rendida a los pies de Vicente Huidobro

Una gata sabe cuándo moverse y cuándo ser una estatuilla
egipcia, sabe cuando ser de alabastro y cuando de barro

Una gata tiene consciencia de quiénes fueron sus
ancestros, de quiénes son sus hijos y quiénes no
serán sus nietos

Una gata es muchas veces una mentira desifrazada de
verdad, es un mito, un símbolo para confundir
incautos y suponer que se sabe la verdadera verdad

Una gata a veces no es genuinamente una gata, es un
nombre, unaciudad, unhombre, algoqueseconfunde
con otra gata quizá

Una gata es una actitud, un sentimiento una visión de
muerte, puede ser un sentimiento de guerra, de rito
de aceptación, pero lo que  una gata jamás es nunca,
es lo que creemos que es

Una gata... es siempre otra gata.

Alexander Obando. Angeles para suicidas. Editorial Arboleda,  2010.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu signo