En la Fila
Cada tanto tiempo, como quien no quiere la cosa, me le quedo mirando. Esperando turno más adelante en la fila, finge que no me ve pero después de un rato voltea con disimulo la cabeza y sé que su mirada adusta siente el fulgor de mis ojos escrutándolo. Aún así vuelve a hacerse el desentendido y mira a otra parte. Una y otra vez ocurre lo mismo. Hasta que al fin nos saludamos y nuevamente aparta la mirada. Es como un juego esto que nos sucede, que permitimos e incluso propiciamos. Sin duda él pensará que soy yo la que lo incita, y sin embargo estoy segura de que sin su presencia demasiado cercana mi corazón no estaría desbocándose más y más cada minuto que pasa. Si él no se acerca después que lo atienda el cajero lo haré yo. No me importa ya cubrir las apariencias, ya nada me importa. Sólo él. Estar con él. Ser suya. Ese hombre me vuelve loca, y eso que no me ha puesto un dedo encima todavía. Pero lo hará, juro que lo hará, la mano entera, ambas manos, y yo a él, y ya nada será igual después. Nunca más volverá a ignorarme, nunca.
Ya no aguanto esta situación. Ella debería aceptar y respetar que soy un hombre felizmente casado. Recién casado además. Lo sabe muy bien. Más de una vez, al encontrarnos e intercambiar palabras en el súper o en el elevador del edificio, como al azar lo he mencionado. Pero ella finge no saberlo, o no le importa. Es verdad que no conoce a Mariana, pero bueno, eso nada tiene que ver. Siempre se me queda mirando a los ojos. Y lo hace de una manera osada, insistente, irrechazable. Como ahora. Con intención, como llamándome. Es como si me dijera “Olvídate de todo lo demás, aquí estoy yo, esperándote, manifiéstate de alguna forma.” Las mujeres son terribles, coño. No, no voy a ceder a la tentación. Su mirada es fuerte y me busca, pero no voy a darle el gusto. Apenas me despache el cajero me hago el desentendido y salgo del banco sin despedirme. Lo que menos quiero es verme obligado a hablar tonterías con ella frente a toda esta gente. Porque, ¿qué puede uno platicar con una mujer como esa con medio mundo oyendo? Incluso estando solos, aquí o en cualquier parte. Lo que provoca es comérsela a besos, entrar en ella como en un paraíso perdido y súbitamente recobrado para siempre.
Pero antes de que ella se acercara decidida al hombre o que éste lograra hacerse el loco y salir sin saludarla, el escritor, quien estaba más atrás en la misma fila, al reconocer a una de las cajeras dejó de imaginar la historia que desde hacía rato creaba y se distrajo recordando cómo meses atrás la hermosa muchacha, alumna suya en la universidad, había preferido salir con un chico de su edad tras haber aceptado antes su invitación a cenar. Aparte de la diferencia de edad entre ambos pretendientes, nunca supo por qué ella había cambiado súbitamente de opinión y lo dejó plantado. No la volvió a ver, hasta ahora. Entonces pensó que también en esa aparente simpleza había una historia agazapada, esperando ser descubierta y materializada en palabras. Era cuestión de proponérselo. Quiso retomar el hilo de la otra historia pero se dio cuenta de que, para su sorpresa, los modelos que había escogido para sus personajes anteriores ya no se encontraban en el banco. Además, el cajero le acaba de inquirir por segunda vez: “¿Dígame, caballero…?” Lástima que no se puso, como otras veces, en la fila de los jubilados, se dijo. Ya me estaría atendiendo mi preciosa ex alumna. Tal vez en esta ocasión sí habría salido conmigo. Y después, quién sabe, ¿por qué no? Y cuando el cajero le preguntó por tercera vez qué servicio necesitaba, con la mente en blanco supo que había olvidado por completo lo que había ido a hacer ahí.
Enrique Jaramillo Levi. Nació en Colón, Panamá, el 11 de diciembre de 1944. Poeta, cuentista, ensayista, profesor universitario, investigador literario, promotor cultural y editor independiente. Tiene Maestría en Literatura Hispanoamericana y Maestría en Bellas Artes con especialización en Creación Literaria, por la Universidad de Iowa (Iowa, Estados Unidos, 1967-1970), así como estudios completos de Doctorado en Letras Iberoamericanas en la Universidad Nacional Autónoma de México (México, D.F., 1975). Fundador y primer Presidente de la Asociación de Escritores de Panamá, fue Coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Tecnológica de Panamá (1996-2007); fundador y Director de la revista cultural panameña “Maga; creador del Diplomado en Creación Literaria que se imparte en la Universidad Tecnológica de Panamá desde 2006; y fundador y actual Presidente de la empresa 9 Signos Grupo Editorial. En 2005 gana como cuentista el Concurso Nacional de Literatura “Ricardo Miró”.
Autor de 12 poemarios, 20 libros de cuentos, 8 libros de ensayos, 2 libros de obras teatrales y 1 libro de entrevistas a escritores panameños, así como de numerosas antologías sobre literatura mexicana, centroamericana y panameña; y de tres compilaciones de ensayos de especialistas panameños en torno al tema del Canal de Panamá prologadas por él. Obtuvo en 2009 la Beca “Charles Phelps Taft” de la Universidad de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos), como “Escritor distinguido” y mereció el Premio Único de Cuento en los Juegos Florales Hispanoamericanos (Quetzaltenango, Guatemala). Libros más recientes: “Mirada interior” (poesía; 2009); “Escrito está” (cuentos; 2010) ; “Todo el tiempo del mundo” (poesía; 2010); “Con fondo de lluvia” (cuentos; 2011) y “Con calma y buena letra” (ensayos; 2011).
Y para leer más de Jaramillo Levi, aquí una selección de cuentos de su obra "Duplicaciones" que puede descargar en formato PDF aquí: En la fila y otras Duplicaciones.
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