2/10/14

Georges Simenon – Maigret y las buenas personas

Maigret recién ha regresado de unas vacaciones de tres semanas cuando lo despierta una llamada a las dos de la madrugada, es un colega suyo que lo alerta de un crimen  en un apartamento de Montparnasse, se trata de la familia Josselyn “el tipo de gente entre los cuales nunca se espera que pase una cosa así” La víctima es el señor René Josselyn quien ha muerto de dos disparos en su sillón, su mujer y su hija quienes estaban esa noche en el teatro lo han encontrado al llegar a casa. Antes, la víctima había estado jugando ajedrez con su yerno en esa misma sala “No ha habido robo ni fractura… los Josselyn no tenían enemigos… son buenas personas, que llevan una vida sin historia…”. 
 
Cuando Maigret llega al apartamento se pone al tanto y se entrevista con la hija de la víctima, luego con su yerno, la señora Josselyn está sedada y es incapaz de ayudar en ese momento, el cadáver es recogido, la investigación está en marcha, el revólver de la víctima ha desaparecido y todo apunta a que ha sido asesinado con esta, cuando Maigrét sale platica con el médico de la familia, no saca mucho “Son buenas personas. No tardé mucho tiempo en hacerme amigo de ellos” y del yerno de la víctima que también es médico “Es un hombre absolutamente entregado a la medicina y a sus enfermos, una especie de santo laico”, de la víctima descubre que padecía del corazón, que para cuidarse había vendido su pujante negocio de cartonería a sus empleados y que ahora se dedicaba a pasear por los jardines, a la lectura apasionada y al ajedrez. Maigret regresa a casa con un malestar, le produce un gran desasosiego tener que sospechar del doctor Fabre, el yerno de la víctima, tendrá que reconstruirlo paso a paso cada evento, descartado el robo, desaparecida el arma del Señor Josselyn con la que seguramente había sido asesinado, y estando la puerta cerrada cuando lo encontraron, sin duda el homicida era alguien conocido y en quien confiaba.
 
Maigret decide comenzar investigando en torno a René Josselyn, se dirige a su antigua cartonería y a ahí se entrevista con Juoane, uno de sus ex empleados a quienes les vendió el negocio y que al recibir la noticia de la muerte de su ex patrón reacciona sorprendido: 
 
“-¿Pero quién podía tener interés…? Escuche, señor comisario… Usted no lo conocía. Era la mejor persona del mundo… Para mí, un verdadero padre, más aún… Cuando entré aquí tenía dieciséis años y no sabía nada… Mi padre acababa de morir… Mi madre era asistenta… Empecé como mozo de recados, con un triciclo… Fue el señor Josselyn quien me lo enseñó todo… y quien, más tarde, me nombró jefe de servicio…”
-¿Tenía enemigos?
-¡Ninguno! Se hacía querer de todo el mundo. Dé una vuelta por las oficinas y pregunte a los empleados lo que piensan de él…
¡También él era una buena persona! ¿Es que Maigret, en ese asunto, no iba a encontrar más que buenas personas? El comisario estaba casi irritado”.
 
Más tarde en el apartamento de los Josselyn, Maigret se entrevista con la viuda, esta había pasado toda la noche fuertemente sedada, sorprendido por su aplomo, Maigret solo confirma lo que ya sabe en un penoso interrogatorio que dispara hacia la nada. Mientras tanto sus colaboradores han confirmado la coartada del yerno y le comunican los primeros resultados de la autopsia y las indagaciones con los vecinos del edificio.
 
Por fin, surge una pista, algo a lo que Maigret había perdido el hilo al principio, aparentemente entró al edificio un sujeto después de la partida del yerno anunciándose falsamente con el nombre de otro inquilino.
 
“¿Quién podía tener  una razón para matar a aquella buena persona?
Un poco más y el comisario empezaría a detestar a las buenas personas”.
 
Georges Simenon
Y es que en este bello capítulo de la saga creada por Simenon, los personajes son todos tan buenos que realmente cansan y agobian, no aportan nada al caso, el comisario habrá de hacer un gran esfuerzo para lograr penetrar esas fachadas de gente común, de bien y sin historia para resolver el crimen, habrá que esforzarse a fondo hasta encontrar la fisura, la grieta que finalmente saque afuera el secreto de la familia Josselyn. 
 
Maigret y las buenas personas fue escrita en 1962, y publicada con el título original en francés de Maigret et les bonnes gens, y es un hábil retrato de las familias pequeño burguesas de París.
 
“En París es raro que los vecinos se conozcan, excepto en los barrios populares. Todo el mundo vive su vida sin saber a quién tiene enfrente.” (¿Alguna asociación con nuestra vida urbana y pequeño burguesa de hoy?)
 
Y como es de esperar también, Maigret y las buenas personas es una demostración más del genio del autor para extraer excepcionales singularidades de entre la multitud y la generalidad.
Germán Hernández
 
 
 

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