Deus Ex Machina significa más o
menos "Dios de la máquina",
"Dios a través de la máquina" o "Dios en la máquina" y es el título que encabeza las dos novelas
breves de Daniel Garro “Objetivo madre” y “El niño mariposa”, (la primera
ganadora del premio latinoamericano de ciencia ficción Cientec en el 2008) publicadas por la EUNED en el 2009.
Para evitar equívocos, un “Deus
Ex Machina” no es exactamente un término teológico, sino un viejo recurso
dramático ya utilizado por los griegos, cuando los actores que interpretaban un
dios o dioses descendían en el escenario en una especie de grúa, en medio del clímax
de una obra para resolver una situación difícil o imposible. Usualmente un Deus
Ex Machina” hace referencia a un recurso mediante el cual, de la nada, una
pista, un personaje, una situación, permiten un giro dentro de la obra o que
precipita el desenlace. En otras palabras, es el “as escondido bajo la manga”, bastante
usual en el cine, es esa fuerza exterior e inexplicable que resuelve algún
problema, es esa secuencia en que la muchacha está a punto de ser triturada por
un monstruo y llega el héroe súbitamente a salvarla. Las dos novelas de Garro
tienen un poco de todo esto.
Tratándose de novelas juveniles,
además escritas por un joven narrador claramente comprometido con la literatura
fantástica y su inagotable arsenal de situaciones, son obras que entretienen, y
que serán fácilmente asimilables por los lectores más entusiastas del género.
Vale señalar algunas fallas en el
texto, como el uso inadecuado del símil y el tono a veces hiperbólico en
descripciones sin mayor importancia; o también las interrupciones del narrador
en la acción para hacer explicaciones sobre alguna criatura o artefacto más
propias de una nota a pie de página; igualmente son abundantes las referencias explícitas
o implícitas al cine del género, tanto que vuelve los relatos más predecibles y
hasta por momentos dejan esa sensación de déjà vu, que nos hace exclamar: “ya
vi esa película”.
En “Objetivo madre”, con una
estructura más compleja que El niño mariposa” que juega con el pastiche, y los
recuerdos oníricos, se derrumba con un final predecible, alegórico y aleccionador sobre el “regreso a
casa”, en los últimos capítulos del relato llega a ser molesto el tartamudeo
del personaje principal y está lejos de transmitir el miedo y la perplejidad como
quiso el autor. Peca de inverosímil la escena final en que desde suponemos la
ventana de un hospital el protagonista contempla un sistema solar, su doble cinturón
de anillos, sus planetas y lunas y su averiada nave estacionada mientras bromea
con su camarada y coquetea con una chica linda, un perfecto clisé de Hollywood.
Algo semejante ocurre en “El niño
mariposa”, una plaga de insectos alienígenas, y una solución sacada como un
conejo del sombrero de un mago, un texto que se alarga con situaciones
estereotipadas y que en algún momento tiende
puentes y vínculos con “Objetivo Madre” en las referencias a los Joe’s rockets,
o los ferrotófagos.
Son relatos entretenidos como ya
dijimos, aunque es claro el peso aplastante del cine convencional en ellos,
tanto, que los relatos, más que cuentos o novelas breves, se acercan más al
guion literario.
Germán Hernández
Nadie dijo que la crítica fuera fácil. Mucho menos cuando se trata de la obra de un amigo.
ResponderEliminarQué dura esa reseña Germán! No conozco el texto y con esos comentarios muy probablemente no lo llegue a conocer, sin embargo creo que esto genera una gran reflexión acerca de la importancia de las lecturas previas a una publicación. No hace mucho leía en alguno de los grupos de por aquí a alguien que ofrecía publicar textos sin trabajo crítico y editorial, algo así como "si quiere publicar, mandeme sus libros y yo se los publico sin muchas preguntas", bajo el panfleto barato ese de que los críticos no saben nada de lo que hablan o que no tienen autoridad para valorar un texto; bueno, pues yo particularmente no sé si me atrevería a publicar alguno de mis textos sin pasarlo primero por un filtro de lecturas carrasposas. Sin duda alguna estas cosas ayudan a que uno, como escritor, entienda que en ésta profesión lo primero o lo más importante es la buena escritura, la publicación termina siendo acaso un elemento accesorio.
ResponderEliminarA mi la crítica -que no necesariamente los críticos- me han servido muchísimo para re-cuestionarme mis textos y sin duda antes de publicar debe uno garantizarse que ha sido leído duramente, sino NO PUBLIQUE. Por otra parte, estas reseñas trauman un poco, sobre todo cuando el escritor no se ha habituado a ellas. Esperemos que el señor Garro se lo tome por el lado amable y siga adelante.
Saludos!
Tienes toda la razón Alex, nada más difícil que una crítica dura al trabajo de un amigo, y más en un país donde la crítica es casi inexistente, y todo es tomado como una cruzada personal. No queda más que sostener la palabra y atenerse al vendaval.
ResponderEliminarY cierto Verny, es una crítica dura, pero igualmente parcial, no pretendemos establecer ningún criterio de verdad, pero eso sí, provocar, en nuestros autores y lectores una lectura crítica, sin condescendencias.
Saludos!
También leí la novela y coincido con la reseña de Germán. Estuve a punto de escribirla, así parecida, en algún momento, pero opté por comentarle al autor al respecto; imagino que no le caí muy bien, porque aunque me dijo que era bueno eso de aprender de la crítica, no lo sentí muy convencido de quererla. En fin, Daniel ha mejorado en sus obras posteriores, pero esa en particular es un cliché reiterado. Un ejemplo: hay un momento donde el ejército rebelde se llama "Ejército Bolivariano..." Y yo decía, qué tiene que ver Bolívar, su ideal, en el futuro en manos de rebeldes asesinos... prejuicio Hollywood. Gracias Germán.
ResponderEliminarDaniel tiene todo para convertirse en el escritor de ciencia ficción de Costa Rica: estudios en literatura, juventud, amor por el lenguaje... Yo solo he leído un cuento de él, en la antología "Objeto no identificado" y vi los mismos problemas que anotó Germán con respecto a estas dos novelas cortas. Lo único que le hace falta a Daniel es ir descubriendo su propia voz, pero esto se consigue solo con más atención y más lectura de su obra, pues en la medida en que haya lectura, habrá crítica y la crítica ayuda a crecer. Aunque también es duro recibir la crítica, en particular cuando uno no ha formado parte de un taller literario. Si de algo sirven los talleres es para templar los egos.
ResponderEliminarApreciados Geovanny y Sergio. Coincido con sus apreciaciones. Ciertamente, es una lástima que estas observaciones llegen a Daniel de manera ex-post, es decir después de la publicación y no antes.
ResponderEliminarEl escritor en nuestro medio debería antes de publicar someter su trabajo a por lo menos a un par de "lectores mortificadores" un buen par de amigos que sin condescendencias destrocen tu trabajo, eso sería muy útil. Para todo escritor es a veces imposible ver en su propio trabajo las debilidades que sí puede ver en el trabajo ajeno, por eso la retroalimentación es tan necesaria.
Saludos!