Habían sacado el último barril de petróleo. No les
sorprendió; ocurrió el día exacto y a la hora exacta en que lo habían previsto.
Tampoco fue una sorpresa que a partir de ese día, las
gasolineras y las calles estuvieran vacías, que los supermercados estuvieran
vacíos, que los estómagos estuvieran vacíos.
Lo que sí les sorprendió fue que sus revolucionarias consignas,
también estaban vacías.
Germán Hernández
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Decime que tenés en tus planes un libro de ficciones breves y me alegrarás el día. Saludos.
ResponderEliminarCaray Sergio, siempre me place tenerte de visita.
ResponderEliminarBueno, la verdad es que no planeo un libro de ficciones breves, hay un librito de cuentos por ahí que probablemente saldrá este año donde se encuentran algunas, eso sí.
En cuanto a este texto, no estoy seguro de que entre en ese amplio concepto hoy llamado "microficción" le llamo parábola, por su caracter figurado y simbólico. Pero sin muchas pretenciones literarias, lo veo más como un ejercicio, un divertimento provocador nada más.
Saludos!
En efecto, es una parábola moderna, como las que hacía Kafka, que carecían de una explicación al final; a diferencia de las antiguas, como las de Jesús (que suelen terminar: "De esta misma forma, el Reino de los Cielos...".). Yo sí defiendo que el microrrelato es un género moderno, tan moderno como lo puede ser el siglo XX, con las obras de Kafka, Juan Ramón Jiménez, y otros que trabajaban de manera inconexa. Me voy con una noticia mejor que la esperada.?
ResponderEliminarGracias Sergio.
ResponderEliminarPues yo espero que sea una noticia feliz.
Y yo también defiendo al microrrelato como un género, eso sí, no es cualquier ocurrencia, fracesita ingeniosa. No todo cabe.
Saludos!