La colina de los niños de Germán Hernández: análisis de algunas minificciones.
En este ensayo se llevará a cabo una lectura de dos minificciones, La condena y La misión, del volumen de cuentos La colina de los niños de Germán Hernández, publicado en 2015. El cuentario está compuesto en su mayoría por relatos breves. Destacan por su calidad estos dos textos y por la forma en que el autor configura en ellos relaciones intertextuales de manera irónica.
En primer lugar, se analizará el texto La condena. Se evidencia en esta minificción una reelaboración intertextual del capítulo del Génesis de Moisés (capítulo 3, versículos 14 – 24) en el que Adán y Eva son expulsados del Jardín del Edén. El texto judeocristiano muestra al dios de los hebreos enfadado porque el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol de la ciencia: Adán incitado por Eva, esta última tentada por la serpiente (que de acuerdo con la iconografía judía representa al espíritu maligno, la contraparte del dios de este pueblo). Dios, al darse cuenta de lo ocurrido, condena a la serpiente a arrastrarse por el suelo, a la mujer a sufrir en sus partos y al hombre a padecer del dolor de tener que trabajar para comer.
En La condena ocurre también una inversión paródica de los valores del intertexto: nunca se menciona la figura de un dios, sino la de un juez, quien dicta la sentencia: “Por su desobediencia, los condeno para siempre a un lugar terrible, desconocido e incierto. Y los expulsó”. La relación intertextual surge porque los acusados están desnudos y son expulsados, no encarcelados, por el juez. Posteriormente, el narrador menciona que la serpiente se arrastra hacia el juez para preguntarle hacia dónde envió a los condenados, a lo que este responde “- Al futuro”.
Aquí el sustantivo futuro es tomado por el juez del relato como un lugar (el cual es terrible, incierto y desconocido). El futuro, como una expresión de tiempo, es desconocido e incierto. Bajo estas premisas, el intertexto bíblico es parodiado debido a que el dios judeocristiano – representado por el juez en esta minificción – expulsa a los acusados a vivir sin saber qué les deparará la fortuna, lo cual difiere del Génesis: el dios judío traza su sentencia para cada actor (serpiente, mujer y hombre) por la desobediencia a la prohibición de no comer del fruto del árbol de la ciencia.
En el texto de Hernández pareciera darse a entender que la serpiente tiene un estatus distinto al de los condenados, cosa que tampoco se da a entender en el texto bíblico “original”, ya que en este la serpiente es sentenciada por haber tentado a Eva. Mientras que en La condena, parece no haber sido repudiada por el juez, o condenada igual que los acusados, porque al final le pregunta a dicho personaje por el destino de los condenados y el juez responde el diálogo.
En segundo lugar, se encuentra el texto La misión. En este texto, el narrador cuenta que Max Brod, al haber quemado los papeles de su amigo, se siente culpable; por lo tanto, “… no tuvo reparos en tomar su propio trabajo, sus cartas, sus borradores, sus cuentos y novelas a medio escribir y tal como estaban los publicó bajo el nombre de su amigo muerto”. El texto hace referencia a la petición de Franz Kafka a su amigo y editor Max Brod, para que quemara sus escritos una vez que muriera por causa de la tuberculosis que padecía. La minificción de Hernández plantea de manera irónica la posibilidad de que Max Brod en realidad haya quemado todos los textos de Kafka, tal cual se lo había encomendado. El narrador comenta que la misión encomendada a Brod lo atormenta, por lo que decide publicar sus propios textos en nombre de su amigo, por remordimiento. La manera en que se desarrolla la minificción se conoce como ucronía, la cual es una reconstrucción histórica basada en hechos posibles, pero que no sucedieron en realidad. No sabemos.
Se ha podido observar en este ensayo cómo Germán Hernández (de)construye, de manera interesante, irónica y novedosa, algunos discursos a través de sus minificciones.
Ronald Hernández.
Tomado de El Semanario Universidad
edición digital 4 de Octubre de 2017 Sección de Opinión
Tomado de El Semanario Universidad
edición digital 4 de Octubre de 2017 Sección de Opinión
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