Mircea Cărtărescu |
Comparto la obra en formato epub del escritor rumano Mircea Cărtărescu , espero que disfrutes su lectura, podés descargarte todos sus libros en los
siguientes links
Sobre el autor el Proyecto Striptorium dice:
Autor imprescindible para unos y objeto de la ira implacable
de otros. Lo cierto es que su producción
literaria no deja indiferentes a los lectores, a los críticos ni a los
intelectuales de su país. Cărtărescu nació en Bucarest en 1956, estudió en la
Facultad de Letras de la capital y se convirtió, desde bien temprano, en líder
de opinión entre los jóvenes poetas que frecuentaban el Cenáculo del lunes, a
cargo por aquel entonces del prestigioso profesor y crítico literario Nicolae
Manolescu. Marcado profundamente por esa experiencia, nunca ha dejado de
repetir que los años de estudiante
universitario constituyen su «estado espiritual» predilecto. Desde 1989, Mircea
Cărtărescu es profesor de la misma Facultad de Letras de Bucarest, ha
coordinado un selecto taller de escritura del que han salido algunos de los
jóvenes autores más interesantes del momento y participa como profesor invitado
en las más prestigiosas universidades europeas.
Su actividad literaria nace en el ámbito de la poesía y se
ve bendecida por el éxito temprano: su primer libro de poemas, Faruri, vitrine,
fotografii (Faros, escaparates, fotografías, 1980), obtiene el premio al mejor
autor novel por parte de la Unión de Escritores de Rumania. Tras dos
incursiones más en el mundo de la poesía, Cărtărescu publica su primer volumen
de prosa titulado Visul (El sueño), en 1989, tan sólo dos meses antes del
estallido de la revolución que acabó con la dictadura de Nicolae Ceausescu. El
Ruletista abría la serie de historias interrelacionadas que lo componían. Sin
embargo, este relato no superó el control de la censura comunista que lo
consideró demasiado violento y el autor se vio obligado a renunciar a él y a
aceptar la mutilación de parte de los otros relatos. Hubo que esperar hasta 1993
para ver publicado El sueño en su totalidad, esta vez bajo el título original
de Nostalgia —un título que tampoco había sido del gusto de los censores
comunistas y que, en realidad, estaba inspirado en la película del mismo nombre
del director ruso Andrei Tarkovsky—. A éste le siguieron Travestí (1994), Orbitor
(Cegador), Enciclopedia Zmeilor (La enciclopedia de los dragones, 2002), De ce
iubim femeile (Por qué nos gustan las mujeres)...
En un entorno artístico sometido a la escrupulosa labor de
los censores del Partido irrumpe la generación en la que se incluye al joven
Cărtărescu: un colectivo de jóvenes
autores que aspiran a romper con el lenguaje literario de las generaciones
precedentes. No dudan en buscar sus referentes inmediatos en la literatura
norteamericana antes que en la europea y seguir la estela de Alien Ginsberg, John
Ashbery o Frank O’Hara. Ese movimiento ha sido calificado como «textualismo», «ochentismo»
o «lunedismo», pero es la etiqueta de Postmodernismo la que más éxito ha
cosechado entre los críticos. Como el propio autor señala, la «Generación de
los 80» fue el resultado del esfuerzo por acompasar la literatura rumana con la
literatura del momento y por enlazarla, a su vez, con la gran generación de los
vanguardistas rumanos anteriores a la II Guerra Mundial: Tristan Tzara, Urmuz o
al padre del teatro del absurdo, Eugène Ionesco. A tenor de este planteamiento,
más que de Postmodernismo habría que hablar de autores Neovanguardistas. Los
autores de esa generación, con Cărtărescu a la cabeza, cultivan con frenesí el
mismo narcisismo mimado por la vida urbana o el mismo espíritu lúdico, exaltado
y pueril de sus predecesores vanguardistas.
En la obra de Mircea Cărtărescu late con fuerza, junto a esa vena postmoderna
o neovanguardista, otra vena que la entronca en una tradición propia y original
de la literatura rumana: el Onirismo que surgió con fuerza en Rumania a finales
de los años 60, a pesar de que el régimen comunista persiguió con saña a los
poetas y autores oníricos que mostraban la osadía de expresarse en un lenguaje
literario que escapaba al control ideológico y que daba prueba —sin duda lo más
grave— de una vigorosa libertad interior. Los escritores oníricos recurren al
sueño de forma diferente a como lo habían hecho los surrealistas. Para ellos, el
sueño no es un simple proveedor de imágenes sino todo un modelo compositivo. La
obra narrativa de Cărtărescu bebe de ese mismo filón onírico y está
profundamente marcada por la presencia de los sueños, del subconsciente. En
palabras del propio autor, «el sueño no es una huida de la realidad, es una
parte de la realidad trenzada de forma inseparable con todo lo demás.» Mircea
Cărtărescu se sirve de la actividad oscura del subconsciente, provocada por una
lucidez exacerbada, para bucear en la cara oculta de la realidad. Y es que es
la lucidez extrema, que a veces se confunde con la locura, la única capaz de
abrir esa «puerta dibujada en la pared».
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