Con una amplia bibliografía, Enrique Jaramillo Levi es uno de los escritores panameños más difundidos e importantes de la narrativa panameña, y no sólo en su país, también en México y Costa Rica, donde ya con anterioridad había publicado.
Esta vez, nos referimos a su colección de cuentos “Con fondo de Lluvia” publicada en el 2011 por la Editorial de la UNED.
En suma, 42 relatos ordenados en dos partes. Con dominio y estilo propios de las herramientas del cuento breve, Jaramillo Levi se da gusto y juega, es una colección de juegos, donde las situaciones narradas no son más que pretextos, son el ruido de un aguacero que cae afuera, donde de vez en cuando aparece un relámpago, su monotonía perenne, pero donde realmente se cuenta es dentro de la habitación seca y tibia de la conciencia de los personajes, ahí es donde explora y ocurren los cuentos.
Arranca el cuentario con un Granito de Arena, texto fascinante, y que de alguna manera nos muestra el origen sucio de una vocación, y la paradójica lucha entre la oralidad y lo escrito. En Plan de Contingencia, el fetiche basado en un fin superior justifica toda conspiración.
Sentimos la onda concéntrica de un golpe que todavía duele en la conciencia colectiva de un pueblo en Infinidad de espejos justicieros, ¿Noriega? Que marca esa terrible marea de violencia que se desata concéntrica donde se puede tomar un bien a cambio de otro, una vida por otra, un hijo a cambio de un hijo como en Cabildo Abierto, hasta la más profunda amargura en Panamá 2015.
Incantations es un texto difícil, un poco rígido con respecto del resto del conjunto, pero contiene muchos guiños, lleno de consejos y advertencias para los aspiran al oficio de escritor.
Con Viejo Muelle, que es un cuento impecable, y escrito con destreza, es también un buen ejemplo del estilo narrativo de Jaramillo Levi a lo largo de todo el conjunto: cuando ante los hechos en sí, la introspección del narrador ya no está sometida a ningún examen o juicio moral, y asume una especie de estoicismo, una apacible resignación. Además con este texto se inaugura lo que llamo los cuentos de “Fantasmas”, como veremos en Una loca muy feliz, donde el espectro de la alucinación es la nos habla, o también la pequeña joya Menos mal, Acusación con una acabadísima síntesis de brutalidad, Lo mismo con textos Como un Fantasma, El fantasma prematuro, La situación, Caer en la Cuenta y el bellísimo cuento Ya no somos Novios, donde con una sencillez y una economía formal el autor nos devuelve de repente aquella vieja costumbre de sentir.
En Dadas las circunstancias comienzan los cuentos que yo denomino “Juegos”, porque son escenarios habituales, como una especie de tablero de ajedrez donde alguien ha movido una pieza secretamente y todo ha dejado de ser lo mismo, es un juego de inversión, donde las mujeres toman la iniciativa sexual, y pagan caro su atrevimiento, se pueden invertir los roles, pero no los prejuicios, los tríos escandalosos, en ¡Cómo es la vaina!, Ella la esquiva, Te veías preciosa, Te tengo una sorpresa, Hasta que la muerte los separe, Mordiscos y Menos mal que llueve, que recuerdan aquel rito ancestral plasmado en la Intrusa de Borges; las sustituciones y esa aceptación y devenir de los personajes, en Como por arte de magia, Los abajo firmantes , Escritor/texto/lector, y ese sutil efecto mariposa, De mil amores, La última noche, Noche de lluvia con la abuela, A veces se me olvida y 3, 2, 1 hasta las confidencias literarias en ¡Quién para adivino!, Puesta en escena, Cerebro.
Con fondo de lluvia y otros textos como Te deseo lo mejor y Dos opciones, ingresamos al espacio del “cibercuento” el cual usualmente es abordado desde su arista más escabrosa, pero Jaramillo Levi prefiere otras opciones, el encuentro y el desencuentro de una manera más simple y probable, la historia de amor, tan difusa como la realidad de los mensajes instantáneos y virtuales que portan verdades con peso y consistencia.
Y me queda un pequeño grupo de cuentos, los “espejos” como el ya citado Menos Mal, o para ¡Colmo de Bienes! y Final de un asedio, textos que juegan, y también son fantasmales, y que rebotan en sí mismos, como el reflejo que sabe, que contempla a su portador.
Con fondo de lluvia es una colección de cuentos que se disfruta y a la vez deja una estela de rabia, lo que se lleva el tiempo cuando escampe, será un sabor a derrota que ya no importa, los valores y las reglas de un mundo no tendrán peso para conciencias que ya liberadas, descubren que esa libertad es un abandono y que la eternidad es una segunda muerte.
Germán Hernández.
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